Los Mossos d'Esquadra han repensado su modelo de seguridad pública. Mucho más basado en la gestión proactiva y la mediación. Los antidisturbios, además, tendrán nuevos materiales para hacer frente a las movilizaciones que puede haber este otoño en motivo de la sentencia del juicio al procés.
Es un secreto a voces que habrá movilizaciones, aunque todavía no hay nada concretado. Aunque se han hecho ya dos reuniones para organizar los operativos, sin fecha para la sentencia y sin saber exactamente qué se convocará ni dónde, la Brigada Móvil sólo puede prepararse internamente para parar el golpe.
Se está haciendo el análisis de riesgos y se ha establecido un nuevo modelo de actuación que pasa por la creación de espacios de diálogo y la coordinación de servicios. Xavier Pastor, el nuevo jefe de la BRIMO, dice que hace falta la mediación ―antes era el jefe de esta unidad―, y que hay que aplicar progresivamente el uso de los dispositivos, así como intensificar las identificaciones de los que organizan disturbios par aislarlos de la masa y pacificar las movilizaciones.
Es poco partidario de utilizar la porra. Y por eso apuesta por nuevas herramientas. Y aquí es donde entra el gas pimienta. Hasta ahora los Mossos d'Esquadra no lo tenían. Sí que utilizaban un humo lacrimógeno en algunas ocasiones, como en algunas huelgas generales, pero el gas pimienta que se ha adquirido ahora es nuevo. Y se aplica directamente a la persona a la que va dirigido. Es como una especie de extintor con una sustancia formada por agua y pimienta. No es una herramienta lesiva, pero sí que es muy molesta. Lo admiten los mismos jefes de la BRIMO. Se utilizará en momentos puntuales y críticos, apuntan fuentes policiales. Y recuerdan que ya se utiliza en los demás países de Europa.
La otra novedad para contener la masa y aguantar los momentos de tensión en concentraciones donde acaban careados mossos y manifestantes son las vallas. Tienen 1'50 m de altura, tienen una plataforma que pisan los manifestantes y hace imposible que se pueda levantar. Y disponen de puertas para que los agentes puedan salir y entrar del cerco.
También se estudia la compra de redes para contener la masa. Están reforzadas por dentro con alambre para que no se puedan cortar y miden entre 1'20 m y 2'50 m. Es un material que utiliza la policía sueca y que evita el contacto directo entre los antidisturbios y los manifestantes.
Aparte de estas nuevas herramientas, los antidisturbios seguirán utilizando el dispositivo acústico que ya se utiliza para hacer los avisos y que es un aparato que utilizan los barcos de guerra, la cámara de grabación para filmar a los que empiezan los disturbios, las porras y la lanzadera de proyectiles de foam.
Lo que sí que descartan hacer los Mossos d'Esquadra para desalojar es el carrusel con las furgonetas. Fuentes policiales admiten que la ciudadanía no entiende esta práctica, y también la evitarán porque en esta acción sí que puede haber un resultado lesivo.
Los escenarios
Los Mossos d'Esquadra trabajan en varios escenarios de movilización que pueda haber este otoño. La Comisaría General de Información ha aportado varios indicios de lo que puede pasar a raíz de la sentencia y el segundo aniversario del 1-O. Pero ninguno de ellos se aleja mucho de lo que ya hemos visto en ocasiones anteriores: concentraciones, manifestaciones, cortes de vías e intentos de colapsar algunas infraestructuras como el AVE y el aeropuerto.
Los Mossos destinarán los máximos recursos operativos. A partir del 1-O se activarán el 100% de los operativos.
TIP y NOP
El TIP, el número de identificación de cada agente, que llevan los mossos en la solapa y que queda tapado por el chaleco, se sustituyó hace un tiempo por el NOP, el número que llevan los antidisturbios visible en la espalda para que se les pueda identificar.
Los nuevos responsables de la BRIMO están de acuerdo en que hace falta una numeración más simple, que tenga un formato similar a lo que llevan los agentes de la policía española y Guardia Civil. Más fácil de memorizar y más visible en situaciones de orden público.