En una entrevista en El Mundo, el obispo auxiliar de Valladolid y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, el a menudo polémico Luis Argüello, asegura que a la Conferencia Episcopal le preocupa la unidad de España. "La unidad de España es un bien que se ha mantenido a lo largo de siglos", alega el obispo Argüello. Posteriormente matiza: "Eso no quiere decir que tengamos una idea fija de cómo se tiene que organizar la unidad de España".
Además, en la misma entrevista, Argüello advierte que si la asignatura de Religión deja de ser evaluable por la reforma educativa, llevarán al Gobierno a los tribunales, ya que esta asignatura, como evaluable, está prevista en los acuerdos Iglesia-Estado de 1979. Argüello da apoyo a que haya centros educativos eclesiásticos segregados alegando que "países escandinavos y estados del norte de América están recomendando que en determinados tramos educativos sea recomendable la diferenciación".
Eso sí, Argüello evita en cualquier caso prometer indemnizaciones de la Iglesia para las víctimas de pederastia (cómo se ha hecho en otros países), como mucho se muestra abierto a ofrecer terapias.
Argüello también se muestra evasivo sobre quién será el futuro presidente de la Conferencia Episcopal: no se pronuncia sobre si tiene más números el ultraconservador arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, o el cardenal Juan José Omella.