El proyecto del MidCat queda hundido. El presidente de la república francesa, Emmanuel Macron, se ha acabado imponiendo; y después de meses de haber renegado de este corredor , ha conseguido que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hiciera marcha atrás en este proyecto. El sustituto será un corredor verde que se dedicará a transportar hidrógeno. El acuerdo se ha producido en un encuentro entre los dos líderes europeos en el cual también ha participado el primer ministro portugués, António Costa.
Ha sido el mismo Sánchez quien ha anunciado este acuerdo entre los tres presidentes. La intención es desarrollar "un nuevo corredor de energía" para interconectar la península Ibérica con el resto de la Unión Europea a través de un túnel que una Catalunya con Francia. Así pues, la intención es que por este conducto circule hidrógeno verde, pero también gas durante un periodo de transición. La reunión entre Sánchez, Macron y Costa no ha durado mucho más que una hora, y ha tenido lugar en la sede de la Representación Permanente de Francia en la Unión Europea. El encuentro ha tenido lugar poco antes del inicio del Consejo Europeo, en el cual los Veintisiete intentarán superar las diferencias sobre nuevas medidas para intervenir el mercado energético y poner techo a los altos precios del gas.
La Moncloa informa Aragonès
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha explicado minutos más tarde que se hiciera pública la noticia que ya ha hablado con el president de la Generalitat, Pere Aragonès, para "informarle sobre el acuerdo político entre España, Francia y Portugal que permita la construcción de un corredor de energía verde entre Barcelona y Marsella". Según Ribera, se trata de una "solución europeísta, solidaria, verde y de futuro".
Alianza Scholz-Sánchez
El presidente del Gobierno ha insistido en los últimos meses en que su principal intención era la de impulsar el MidCat. Hasta el punto que escenificó una alianza con su homólogo alemán, Olaf Scholz, a finales de agosto. Los dos se conjuraron por acelerar la construcción de esta interconexión gasística sin el visto bueno de Macron. En una comparecencia conjunta en el palacio de Meseberg, cerca de Berlín, Scholz constató que España contaba con el apoyo total de Alemania para avanzar hacia la conexión gasística de la península Ibérica con Francia a través de los Pirineos.
A pesar de las reiteradas presiones de Alemania y España hacia Francia, Macron no ha bajado en ningún momento del burro. La única aproximación de posiciones que se intuyó desde el Elíseo fue cuando se afirmó que "se repensarían" la idea de esta conexión gasística. Nada más. Alemania llegó a decir que aprobaría que la UE financiara parte importante del proyecto, que inicialmente cifraba en torno a los 440 millones de euros y que Francia estimaba ahora en unos 3.000 millones.
El gran argumento de Macron para no hacer el MidCat una realidad era que se trataba de un gasoducto "innecesario", ya que los canales que atraviesan el País Vasco y Navarra están "infrautilizados". El presidente francés destacaba que durante agosto fue Francia la que exportaba gas a España, y no al contrario. "No comprendo el problema a corto plazo que se intenta resolver", afirmaba Macron.