Desde el equipo del presidente francés se justifican: "No podíamos cambiar la fecha. Se acordó hace tiempo con España. Si no era hoy, entonces no habría cumbre hispanofrancesa antes de 2024, porque España celebrará pronto elecciones y en julio asume la presidencia de la Unión Europea". Pero la realidad es que Emmanuel Macron ha abandonado de París en un momento de fragilidad: en la primera jornada de huelga general en todo el país contra su reforma de las pensiones, que pretende subir la edad de jubilación a los 64 años. Pero ha sido una fuga en vano: ha acabado encontrando las regañadas igualmente, en Barcelona. Eso sí, unos manifestantes mucho más pacíficos que los que han llenado las principales ciudades de Francia.
Esta mañana, los gritos de la manifestación unitaria independentista llegaban hasta la explanada del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). Desde las cuatro columnas de Puig y Cadafalch, entre 6.500 y 30.000 gargantas --según las cifras de la Guardia Urbana y de los organizadores--, han hecho llegar un sonoro abucheo a los participantes de la cumbre hispanofrancesa. Algunos de los manifestantes incluso llevaban chalecos amarillos, en homenaje al movimiento antimacronista. El primero en llegar ha sido Pedro Sánchez, que se los ha comido, y a las once en punto, lo ha hecho Emmanuel Macron. Entonces, el helicóptero policial se ha colocado encima del MNAC y ha conseguido tapar la protesta independentista. Y han pasado unas cuantas horas aislados del mundo exterior, rodeados de obras de arte. De hecho, han pasado más tiempo ahí del inicialmente previsto.
Una vez celebrada la cumbre de los gobiernos español y francés, una comida de trabajo, la firma de acuerdos bilaterales y la rueda de prensa conjunta, los dos mandatarios se han dirigido hasta el barrio del Born, totalmente fortificado. Han llegado juntos, en el mismo coche, a las cuatro y cuarto de la tarde, con la intención de realizar una visita al museo Picasso. El presidente francés, que siempre hace gala de su pasión por la cultura, tenía especial interés en la exposición del coleccionista alemán nacionalizado francés Daniel-Henry Kahnweiler. A pesar del fuerte despliegue de los Mossos d'Esquadra, los manifestantes independentistas se han reunido en los cordones policiales próximos al edificio para abuchearlos: "Ni Francia, ni España, Países Catalanes". Y han logrado hacer llegar los gritos a unos dirigentes que miraban hacia el cielo y sonreían. Mientras Sánchez solo se ha quedado media hora, el presidente francés ha estado más tiempo refugiado, una hora, que no le ha ahorrado un nuevo abucheo a la salida. Durante la visita les ha acompañado la alcaldesa Ada Colau, pero no el president Pere Aragonès.
Aquí las agendas comunes de Pedro Sánchez y Emmanuel Macron se han separado después de unas cinco horas juntos. El presidente español ha buscado refugio tomando un café con el primer secretario del PSC, Salvador Illa. Y el presidente francés lo ha buscado en un acto con franceses de Barcelona celebrado en el Liceo Francés, en el barrio de Pedralbes. El ambiente ha sido muy amable para el mandatario francés, en una ciudad donde el año pasado arrasó con el 85% de los votos en la segunda vuelta contra Marine Le Pen. Además, los 400 invitados al cóctel habían sido seleccionados por|para el Elíseo. Y aun así, el plan no ha salido redondo. Entre los masivos aplausos, un chico con una camiseta: "No a vuestra reforma de las pensiones". La seguridad le ha invitado a abandonar la sala. Ni en Barcelona Macron ha podido huir de la contestación.