El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha realizado este jueves una visita de obras al futuro acceso ferroviario de alta velocidad del sur de Madrid, entre Atocha y Torrejón de Velasco, que junto al túnel entre Atocha y Chamartín, permitirá un ahorro de viaje de 30 minutos. Así lo ha destacado el ministro en su cuenta de Twitter.
Lo que no ha hecho constar De la Serna és que la inversión total prevista, de 935 millones de euros, irá a costa de los fondos destinados al Corredor Mediterráneo. Así lo ha denunciado el secretario de Habitatge, Obras Públicas y Vertebración del Territorio de la Generalitat Valenciana, Josep Vicent Boira:
El hecho ha provocado indignación en las redes sociales. Tanto en el País Valencià como en Catalunya, el futuro del Corredor Mediterráneo, que avanza a trancas y barrancas entre retrasos y no pocas polémicas por el trazado final, es una cuestión de alta sensibilidad social, política y económica. Precisamente esta semana unas palabras del ministro de Justicia, Rafael Catalá, en València en las que menospreció la importancia real del Corredor han disparado el malestar.
Tal y como ha denunciado Boira, el nuevo túnel Madrid-Puerta de Atocha-Chamartín aparece efectivamente consignado como proyecto número 1 en el plan de trabajo europeo sobre mobilidad en el Mediterráneo de diciembre de 2016, como puede comprobarse a continuación:
La construcción de dos nuevas vías en el tramo ferroviario de alta velocidad Atocha-Torrejón de Velasco y del túnel en ancho internacional Atocha-Chamartín suponen una inversión global de 935 millones de euros. Según el ministerio de Fomento, "esta actuación incrementará la capacidad del acceso ferroviario a Madrid que utilizan las líneas de alta velocidad que unen la capital con Levante y Andalucía, posibilitando la circulación de un mayor número de trenes".
Asimismo, la obra -destaca el ministerio- "está relacionada con la conexión de Puerta de Atocha y Chamartín mediante un túnel en ancho internacional, que permitirá establecer servicios comerciales directos de alta velocidad Norte-Sur y Norte-Levante, con un ahorro de tiempo de aproximadamente 30 minutos".
El reforzamiento de los accesos por alta velocidad ferroviaria a la capital española contrasta con las deficiencias de la conexión ferroviaria entre València y Barcelona, las dos grandes capitales mediterráneas y puntos neurálgicos en el Corredor y sin conexión de alta velocidad.