La imagen en los supermercados es de decenas y decenas de estantes vacíos, sin productos. No son estampas de la Venezuela de Nicolás Maduro, sino del Madrid de Isabel Díaz Ayuso. Tampoco son recuerdos de la primera ola de coronavirus, la pasada primavera, sino de la borrasca Filomena que ha castigado muchos puntos del Estado. Y esta vez el problema no es el papel higiénico, sino todo tipo de productos alimenticios, especialmente los productos frescos, pero no sólo. El colapso de la capital española, emulando la homónima serie francesa, es una realidad. Muchos pequeños comercios de proximidad directamente ni abren, porque poco tienen a ofrecer.
El motivo: el estado de las principales infraestructuras y vías de comunicación. La nevada se marchó hace tres días, el pasado sábado, pero la ola de frío con temperaturas negativas se mantiene instalada en España. Más allá de unas pocas grandes avenidas, el centro de la ciudad está prácticamente impracticable para vehículos, para no hablar de la periferia. Y Mercamadrid, el gran centro logístico de la ciudad, se vio obligado a cerrar puertas el pasado sábado. El poco trabajo que se ha hecho es en las aceras, y lo han hecho los mismos vecinos ante la inacción de los gobiernos de Isabel Díaz Ayudo y Jose Luis Martínez-Almeida.
Las consecuencias son muchos estantes vacíos en los supermercados de Madrid, como ha podido comprobar ElNacional.cat en varios establecimientos del centro de la capital española. Los trabajadores van sacando del almacén las últimas existencias, pero aun así no pueden llenar todos los estantes. Fruta y verduras frescas prácticamente no hay, pero también cuesta encontrar otros productos básicos como leche o huevos. Los pequeños establecimientos, en muchos casos, han optado por bajar la persiana.
De hecho, no ha sido hasta este martes que ha reabierto Mercamadrid. Ha estado cerrado desde el sábado. Dos de sus tres peajes de acceso han sido liberados de nieve y hielo. El centro logístico madrileño tiene previsto incluso ampliar sus horarios para intentar volver a la normalidad. Habitualmente el pescado o la fruta cierran a las 7 y este martes lo harán a las 11.
Algunos establecimientos comerciales incluso han llegado a limitar la compra de determinados productos, como el pan, para evitar que pase como el pasado mes de marzo, en la primera ola de coronavirus, con productos como el pan, la harina o el papel higiénico.