Hoy está previsto que el chófer de Luis Bárcenas, que espió al extesorero del PP por orden de la cúpula del ministerio del Interior, declare ante el magistrado de la Audiencia Nacional que investiga los hechos, el llamado caso Kitchen. El magistrado Manuel García-Castellón no tiene ninguna duda de que tanto el entonces secretario de Estado de Interior Francisco Martínez como los comisarios que participaron en la operación de espionaje eran conscientes de que estaban infringiendo la ley.

Así lo manifestó el magistrado cuándo tomó declaración como investigado al comisario Enrique García Castaño, según revela hoy La Razón. Castaño admitió que había entregado a Francisco Martínez, número dos de Jorge Fernández Díaz en el ministerio, una memoria USB con el contenido sustraído de tres teléfonos de Bárcenas.

Fondos reservados

Para mostrarle la información robada utilizó un ordenador adquirido con fondos reservados, con la intención de no utilizar un aparato oficial del Cuerpo Nacional de la Policía. El comisario argumentó durante su declaración que lo hizo siguiendo los protocolos de seguridad, explicación que no convenció al magistrado. "Lo que me está diciendo, aunque solo sea por el conocimiento que tengo de las peripecias policiales y judiciales, no es posible", le espetó.

Francisco Martínez, número dos de Fernández Díaz en el ministerio del Interior, investigado también en el caso Kitchen / Efe

Igual que ETA

El magistrado, durante la declaración, insistió en el hecho de que se adquirió un ordenador específicamente para la operación Kitchen, y el comisario lo justificó por el hecho de que se trataba de un asunto de mucha importancia, y lo comparó con la negociación con ETA. El investigado dijo que participó y actuaron de la misma manera. "Se hace, normalmente, cuando hay un tema que es delicado, una negociación con ETA, ya le digo yo... Una cosa delicada, que no se puede quedar en la red [informática policial]", dijo el comisario.

Fue aquí aquí cuando el juez García-Castellón saltó: "Pero eso no era una negociación con ETA, perdóneme... ¿Me quiere usted contar qué tenía eso de delicado? Dígamelo. No lo entiendo. No era delicado". Ante esta afirmación, el comisario dio la razón al juez.

"Jurídicamente tiene la razón"

Durante el interrogatorio, el magistrado destacó que la decisión de los imputados de utilizar un ordenador que no era de la Policía para ver los documentos robados a Bárcenas podría deberse al hecho de que eran conscientes de que "estaban sobrepasando unos límites", afirmación ante la cual el comisario admitió que "jurídicamente tiene la razón". Ante esta respuesta, el instructor del caso Kitchen insiste en que con el ordenador no oficial están ocultando la investigación, escondiéndola de los canales oficiales, cosa que admite el comisario. Al final del interrogatorio, el juez acusa al comisario de tratar de encubrir los hechos.