Hoy el Congreso tenía que valorar la "idoneidad" de los cuatro escogidos para ser magistrados del Tribunal Constitucional. Los cuatro candidatos han comparecido. Y, viendo el debate de la comisión de nombramientos, cualquiera diría que los aspirantes no superarían del examen de la cámara, con unas intervenciones de los grupos muy críticas, incluso de los socios de La Moncloa. Pero, a la hora de la verdad, el marcador ha sido otro. Se ha votado la propuesta de forma conjunta, que con voto ponderado ha obtenido 242 votos a favor, 12 abstenciones y ningún voto en contra.
Las comparecencias ya han empezado con la derecha y la extrema derecha --con excepción del PP-- anunciando que no participarían del show. En su única intervención, Edmundo Bal, de Ciudadanos, ha denunciado que se trataba de un "teatrillo", mientras el representante de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha denunciado "la entrega de las últimas posiciones de resistencia del Estado al separatismo". Otras formaciones directamente han decidido protestar plantando la comisión: son ERC, el PDeCAT, el PNV, EH Bildu y Más País. Los que han ido, excepto los populares, han estado muy críticos.
Probablemente porque los que han levantado polvareda han sido los magistrados propuestos por el PP. El primero en comparecer ha sido Enrique Arnaldo, letrado en las Cortes españolas con una trayectoria con muchas sombras. La principal, su imputación por el caso de corrupción Palma Arena. El jurista ha recordado que fue exonerado. Pero también aparece en el sumario del caso Lezo, del PP de Madrid. En unas grabaciones se le escucha decir que se está "moviendo" para situar a fiscales afines que favorezcan al expresidente madrileño Ignacio González. No se ha querido pronunciar recordando que está archivado. Finalmente, también han aparecido su participación en actos de la FAES, la fundación de José María Aznar. Ha justificado que eran debates "plurales" y que hablaba desde un punto de vista "técnico y jurídico".
Las críticas a Arnaldo han llegado incluso de uno de los portavoces socialistas en la comisión, Odón Elorza, que ha cuestionado su imparcialidad e idoneidad para el cargo. "Su candidatura genera desconfianza (...) No cuestionamos que cumpla los requisitos por sus méritos, pero lo que está en juego es la recuperación de la confianza en el funcionamiento del Tribunal Constitucional", ha lanzado el diputado del PSOE, que ha incidido con 17 preguntas apuntando por su perfil ideológico. En la previa a la comisión, el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ya había admitido que todos "se han tragado sapos", tanto el PP como ellos.
El otro perfil polémico era el de la presidenta de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, Concepción Espejel, que también arrastra varias manchas. En primer lugar, su relación próxima a Maria Dolores de Cospedal, que hizo que en 2015 se la apartara del juicio de la trama Gürtel. La magistrada ha negado que fuera por proximidad al PP. También ha desmentido ser "amiga" de la exministra y exsecretaria de organización de los populares. Ha acusado a los medios de montarle una "campaña de desprestigio". La magistrada también destaca por su voto particular a la sentencia que absolvió al major Trapero y la cúpula de los Mossos por el 1-O. Espejel les quería condenar.
El diputado de Junts, Josep Pagès, ha sido el único parlamentario independentista presente en la comisión de nombramientos. Justamente ha preguntado si este voto particular no la contamina a la hora de valorar recursos de líderes independentistas cuando esté en el Tribunal Constitucional. Espejel ha rebatido que todavía es temprano para decir si se tendría que apartar: "Sólo le puedo decir que el hecho de plantear un voto particular en un órgano penal es un enfoque diferente de la perspectiva que tiene que abordar el TC". Pagès ha hecho una impugnación general: "El PP presenta unos determinados perfiles, totalmente no idóneos por su historial de parcialidad, falta de independencia e incluso sospechas de corrupción, también ideológica".
A pesar de las críticas que llegaban por todos los lados, la comisión de nombramientos ha acabado avalando la propuesta conjunta para la renovación parcial del Tribunal Constitucional. Enrique Arnaldo, Concepció Espejel, Inmaculada Montalbán y Juan Ramón Sáez Valcárcel han sido considerados "idóneos" con los votos de PSOE, PP y Unidas Podemos.
La Moncloa sólo se responsabiliza de los suyos
La polémica ha llegado hasta la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes. La portavoz Isabel Rodríguez ha evitado el marrón, si bien ha dejado claro que ellos "sólo se hacen cargo" de sus propuestas (Montalbán y Sáez Valcárcel) y no de las que han hecho "otros partidos" (Arnaldo y Espejel). Y ha justificado que, más allá de determinados perfiles, "el interés superior" era desbloquear la renovación del TC, como también esperan que pase ahora con el Consejo General del Poder Judicial.