Son malas horas para Josep Borrell. Están creciendo las voces en las cancillerías de Alemania, de los países del Este y del mismo Bruselas que piden que dimita después que salió derrotado de su rueda de prensa en Moscú con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, que lo acusó de meterse en los problemas internos rusos cuando España mantiene a presos políticos y exiliados en contra del criterio de Tribunales alemanes y de la UE, según informa el diario Süddeutsche de Munich.

Los críticos de Borrell, cada vez más numerosos, lo acusan de interesarse sólo por América Latina y de subestimar la problemática con Rusia, y de ser "peligrosamente ingenuo" en geopolítica. Recuerdan que en España le atribuyen un "carácter volcánico".

El rotativo alemán afirma que la visita de Borrell en Moscú fue "desastrosa" y ha debilitado a la UE, e insinúa que eso tendrá consecuencias. Lavrov ganó al alto representante diplomático de la UE por 2 a 0, no sólo porque lo puso en evidencia con la doble vara de medir europea, sino porque el mismo día el ministro de Exteriores ruso expulsó a tres diplomáticos de la UE. "Mientras el ministro Lavrov hablaba con Borrell el viernes por la tarde, se conoció que Rusia estaba expulsando a diplomáticos de Alemania, Polonia y Suecia por haber participado en las protestas por la detención de Navalny. Hacer eso mientras Borrell era invitado del departamento de Estado ruso fue humillante y convirtió la visita en un desastre", indica el rotativo.

"El infortunado señor Borrell", titula el segundo diario alemán

La rueda de prensa posterior a la reunión confirmó el doble gol que Lavrov había marcado a Borrell, y salió triturado. "Los 50 minutos de la conferencia informativa dieron la razón a los que en Bruselas y en la Europa central y del Este no confían en este hombre de 73 años para el cargo de cabeza de la diplomacia de la UE. Lavrov es ministro de Exterior ruso desde el 2004, y su actuación era de esperar: negó de forma rotunda la responsabilidad de Moscú en el envenenamiento de Navalny con una sustancia química; acusó a Occidente de mostrar a "dos varas de medida" [con los presos políticos y exiliados catalanes], y tildó de "ilegales" las sanciones de la UE por la anexión de Crimea, que violan el derecho internacional", señala.

Según el diario, Borrell se mantuvo mudo mientras Lavrov lo acosaba en la rueda de prensa, por lo que había sucedido antes en el encuentro, cuando conoció que se habían expulsado 3 diplomáticos de la UE.

El ministro de Exterior ruso, Sergei Lavrov, en la rueda de prensa con Josep Borrell / EFE

Apunta que el cargo de representante diplomático de la UE es extremadamente complicado, porque no sólo se tiene que lidiar con el derecho a veto de los Estados sino también con la "competencia" entre el presidente del Consejo de la UE, Chales Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, "que es la jefa de Borrell". Además explica que a eso se tienen que sumar las políticas internacionales de Alemania y de Francia, que tienen peso propio.

La conclusión es que Borrell no ha salido victorioso. Dio grandes expectativas a su viaje a Moscú, el primero de un representante diplomático de la UE desde 2017, y ahora "la desilusión todavía es mayor y la UE parece debilitada", según Süddeutsche.