Hay un profundo malestar dentro del Ministerio de Exteriores con la Casa Real por la ausencia de una representación española en Notre-Dame este pasado sábado, cuando se celebraba la reapertura de la catedral de París cinco años después de sufrir un incendio. Así lo confirman fuentes del entorno del ministro José Manuel Albares, que aseguran que la Zarzuela no informó a la Moncloa de que Felipe VI y Letizia habían sido invitados al acto por parte de Emmanuel Macron. Tampoco sabían, por lo tanto, que los monarcas no harían acto de presencia en este acontecimiento, en el que sí que asistió incluso Donald Trump. De hecho, el ministro de Exteriores acompañará este martes al rey español y a su esposa, Letizia, a un viaje de Estado que tienen los reyes en Italia. Y tiene la intención de abordar este tema en el avión que los llevará de Madrid a Roma. Los socialistas también sienten malestar con Ernest Urtasun, ministro de Cultura que forma parte de la cuota de Sumar dentro del Gobierno. Porque también fue invitado al acto y no asistió.
Las invitaciones para el acto de Notre-Dame funcionaban de la siguiente manera: el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, como jefe de Estado de su país, invitaba a sus homólogos de otros países. Es por eso que el Elíseo envió la invitación a la Zarzuela, en tanto que Felipe VI es el jefe de Estado español. Lo mismo pasó con la ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, que envió la invitación a su homólogo español, Ernest Urtasun. Fuentes de la Moncloa explican, también, que estas invitaciones son "nominales e intransferibles", pero insisten en el malestar de que la Casa Real no advirtiera a la Moncloa que habían sido invitados al acto y que, además, no tenían intención de asistir.
La excusa de la Casa Real y del Ministerio de Cultura son problemas de agenda. El departamento encabezado por Ernest Urtasun argumenta que el ministro tenía una cuestión familiar que le ha impedido asistir a la reapertura de un símbolo europeo como es la catedral de París. Mientras que la Zarzuela se excusa argumentando que los reyes españoles tenían la agenda apretada por dos actos que se celebraron dos días después de la reapertura de Notre-Dame: la conmemoración del 550.º aniversario de la proclamación en el trono de la reina Isabel la Católica y su asistencia en la misa de València en recuerdo de las víctimas mortales de la DANA.
Argumentan, también, que Felipe VI y Letizia han estado preparando el viaje de Estado que inician este martes a Italia; y el viernes asistirán también a la Conferencia de Presidentes que se celebrará en Santander. También ponen como excusa, como publica este martes José Antonio Zarzalejos en El Confidencial, que hay otras monarquías como la británica que pueden delegar a otros miembros de la familia las tareas de representación institucional. Añaden, incluso, que la princesa Leonor no tiene suficiente preparación todavía para asumir estas responsabilidades.