El malestar ha estallado entre Felipe VI y el presidente español, Pedro Sánchez, según informa El Confidencial Digital, de que cita lo que sucedió el lunes durante la inauguración del AVE entre Madrid y Murcia. Antes de iniciar el trayecto, el rey y el presidente españoles habrían mantenido una tensa conversación sobre si el rey emérito Juan Carlos I podría visitar España en el mes de enero, después del día de Reyes. Sánchez se habría negado en redondo a ello, en un momento político de crisis institucional muy complicada. Felipe VI habría argumentado que el rey emérito no ha sido condenado, y que recientemente le han reconocido la inmunidad en el Reino Unido, y que por lo tanto no habría motivo para una prohibición. Solicitó indirectamente que se calmaran las aguas con su padre y que pudiera volver en algún momento en España de visita, aunque no inmediatamente. Sánchez no quiso saber nada de ello: "Tiene que dar explicaciones y pedir perdón a los españoles", se habría limitado a decir.

Coincidiendo con este malestar, el presidente español se saltó después el protocolo, y en la llegada a la estación de Chamartín-Clara Campoamor en Madrid anduvo por el andén más avanzado que el rey y saludó antes que el monarca al presidente de Enaire, Pedro Saura, que los esperaba, y también subió el primero al vagón que los llevaría a Murcia. Estas son las imágenes de lo que pasó:

Mientras tanto, el semanario británico The Economist y el diario francés Libération han alertado del "lío institucional" en que ha entrado España por el enfrentamiento entre el PSOE y el PP, y recuerdan que es el más grave de los últimos años. Según el semanario, España se encuentra en el mayor "lío institucional" desde la declaración de independencia de Catalunya en el 2017. "El conflicto que se vive en el Tribunal Constitucional se centra en quien tiene el poder de nombrar a los jueces. Y los hiperbólicos tienen razón. No se movilizan tanques ni se ocupan emisoras de radio. Pero España se encuentra en el mayor lío institucional desde que Catalunya organizó un referéndum de independencia ilegal en el 2017", insiste.

El semanario británico reconoce que "España no está en peligro de convertirse en una dictadura", pero sí que ve riesgos. "Más bien, como en Estados Unidos y en otros lugares, los partidos están jugando con dureza constitucionalmente, y luchan por controlar las Cortes, que determinan las reglas del juego político". Recuerda en este sentido que el año pasado, el índice de democracia rebajó España a una "democracia defectuosa", principalmente a causa del enfrentamiento sobre el control de los jueces. "España ha caído en una espiral de hiperpartidismo. Los españoles dicen que valoran a los políticos con sentido de estado. Pero mientras lo exijan a los oponentes y no a los de su cuerda, es probable que todo cambie poco", afirma con pesimismo.

En sentido parecido, el diario francés Libération, el gran medio de izquierdas francés, ha comparado la crisis institucional a la que PSOE y PP han abocado a España, con la declaración de independencia de Catalunya que aprobó el Parlament, e incluso con el intento de golpe de estado de 1981. "Desde 1978, con el final de cuatro décadas de dictadura en España, el país ha pasado por tres grandes crisis institucionales que ponen en peligro su marco democrático. La primera, en febrero de 1981, cuando el teniente coronel Tejero vació su recarga en la Cámara sin conseguir, sin embargo, un golpe de estado que siguió quemando en la memoria. La segunda, en septiembre del 2017, cuando los independentistas catalanes votaron leyes inconstitucionales en el Parlament de Barcelona para preparar una independencia que duraría solo unos minutos el mes siguiente, epílogo de un referéndum ilegal y que fue castigado por Madrid. La tercera sería ahora, cuando un alto tribunal impide la votación de una ley en las Cortes, porque esta ley pretende modificar las normas que rigen este tribunal", señala.