Las conversaciones sobre la confluencia con JxCat se le complican un poco más al presidente del PDeCAT, David Bonvehí, que ha tenido que convocar una ejecutiva del partido este viernes ante el malestar interno por la forma como ha conducido la negociación con la Crida de Jordi Sànchez.

La convocatoria de la ejecutiva, a las 10 horas del viernes, cuando habitualmente se celebrar en lunes, ha sido reclamada por una parte de la dirección del partido y tendrá como objetivo ofrecer la "información sobre la reorganización y transición a JxCat", según ha podido saber ElNacional.cat.

El lunes pasado Bonvehí planteó una última propuesta a Sànchez en que descartaba la confluencia dentro de JxCat si se hacía a partir de la disolución del PDeCAT, el malestar con el presidente de la formación dentro del partido no ha hecho más que crecer. Le reprochan que ha actuado por su cuenta y no ha dado explicaciones sobre las negociaciones que el consejo nacional le encomendó para buscar un acuerdo dentro del espacio político que lidera Carles Puigdemont.

"Hay que tomar decisiones y no pueden quedar en manos de cuatro personas", argumentan voces críticas de la dirección consultadas por ElNacional.cat.

Desde el entorno de Bonvehí se defiende acudir a los próximos comicios del Parlament con un acuerdo de coalición bajo las siglas de JxCat, como se hizo en las elecciones del 21-D, y dejar la confluencia para más adelante. En cambio, desde la Crida, se considera que no se puede eternizar esta situación de coalición y se advierte que en caso de que no haya un acuerdo sobre la confluencia la alternativa podría ser una ruptura.

Los críticos del PDeCAT exigirán el viernes a Bonvehí que informe sobre el estado de las conversaciones, que dé explicaciones sobre quien ha decidido que JxCat se tiene que mantener como una coalición cuando el mandato del consejo nacional del partido es confluir dentro de JxCat. Asimismo, reclamarán a la dirección que el acuerdo que se plantee se someta a una consulta de todos los asociados de la formación.

El viernes pasado, además, se añadió a este malestar interno el descontento de una parte del partido ante las declaraciones del número tres de la formación y hombre de confianza de Bonvehí, Ferran Bel, en que daba por acabado el gobierno de Quim Torra y reclamaba elecciones el más bien posible, lo cual contradice la línea política del president y de los consellers de JxCat.

El consejo nacional encargó a la dirección del partido avanzar en la confluencia dentro de JxCat el pasado mes de diciembre y ya lo hizo con toques de atención a Bonvehí por la forma como conducía este proceso. No obstante, el pasado mes de febrero, las conversaciones entre el PDeCAT y la Crida se volvieron a encallar ante las reticencias del presidente demócrata y su núcleo duro a aceptar la disolución del partido.

Con la crisis del coronavirus se interrumpieron las negociaciones con la Crida, pero la cúpula demócrata ha mantenido, según fuentes de la formación, una intensa actividad telemática de contactos con responsables territoriales del partido para buscar apoyos a sus planteamientos.

Por el contrario, voces de la ejecutiva no han escondido el malestar por lo que describen como "apagón informativo" del entorno de Bonvehí sobre las conversaciones en relación al proceso de confluencia. Estas fuentes critican que durante la crisis del coronavirus no se ha informado a la dirección y tampoco se ha convocado ningún consejo nacional, cosa que sí han hecho otras formaciones como ERC. De hecho, el partido acabó anunciando a los consejeros que intentará convocar un encuentro de este órgano el mes de julio.