El próximo domingo llegarán al Pallars Jussà 1.200 aspirantes a suboficial del ejército español provenientes de diferentes lugares de España, lo cual ha generado malestar entre los alcaldes de la zona en plena crisis sanitaria desencadenada por la Covid-19. En concreto, acudirán a la academia militar de Talarn para realizar unas pruebas.
"Es una cuestión de salud pública y no de política", ha resaltado la alcaldesa de Tremp, Maria Pilar Cases, a la ACN. Ahora bien, ni las quejas de los alcaldes ha hecho dar marcha atrás al Ministerio de Defensa.
El Govern exige explicaciones
Ante esta situación, la delegada del Govern en el Alt Pirineu, Rosa Amoròs, ha convocado hoy una reunión con la Academia General Básica de Suboficiales para pedir explicaciones sobre las medidas de seguridad que seguirán para evitar un posible brote de coronavirus.
En este encuentro, los responsables del centro de formación han asegurado que los militares tendrán que llevar una declaración jurada en la que manifiesten que se encuentran bien y también se les tomará la temperatura y el uso de mascarilla será obligatorio. Asimismo, aquel que incumpla la normativa tanto dentro como fuera de la academia será sancionado y no podrá optar a la plaza a la cual aspiran.
Ahora bien, para Amoròs esta información llega "tarde" y no deja margen de reacción. También, lamenta que esta decisión del Ministerio de Defensa ya esté tomada.
En la reunión también han asistido los alcaldes del Pallars Jussà, así como los responsables de Salut del Alt Pirineu y los Mossos d'Esquadra, a fin de que conocieran los protocolos que han preparado desde la academia militar.
Alojamientos en establecimientos turísticos
Uno de los problemas es que las plazas para dormir dentro de la academia son insuficientes, por lo cual aquí sólo se podrán alojar 300 aspirantes de suboficial. El resto de los uniformados se distribuirán en establecimientos turísticos del Pallars Jussà o de comarcas vecinas.
La alcaldesa de Tremp ha valorado que si se cumplen los protocolos establecidos por el centro de formación militar, "no tendría que haber ningún riesgo". Sin embargo, ha pedido a los vecinos del municipio que mantengan las medidas pertinentes para evitar una propagación del coronavirus: lavado de manos, distancia física y uso de mascarilla.
Por su parte, las secciones territoriales de la ANC, los CDR, Òmnium y los Consells per la República han enviado una carta a todos los ayuntamientos de la zona y al Procicat en la que manifiestan su desacuerdo por la llegada de los soldados, así como han mostrado su "preocupación" porque consideran una "irresponsabilidad" esta movilidad masiva en la actual situación, en la cual se vive una crisis sanitaria sin precedentes. En este sentido, las entidades defienden que "un rebrote en este contexto supondría el desbordamiento de los servicios sanitarios y pondría en riesgo la población que vive allí".
Por su parte, la CUP Pallars ha manifestado que "los militares no son bienvenidos" en la comarca "ni ahora ni nunca". También, resalta el hecho que en "plena pandemia" del ejército envíe 1.200 aspirantes a militares. Además, ha exigido al Govern que "pare esta barbaridad y que comience las gestiones para cerrar la academia".