Ya han pasado nueve meses. Nueve meses del encarcelamiento de los Jordis, ocho y medio del vicepresidente Oriol Junqueras y el conseller Joaquim Forn y casi cuatro que los otros cuatro consellers -Raül Romeva, Dolors Bassa, Jordi Turull y Josep Rull- volvieron a estar entre rejas, esta vez acompañados de la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell. Nueve meses en los que las cosas han cambiado mucho y poco al mismo tiempo. Los presos ya no están en Madrid, sino en Catalunya, pero su situación continúa igual: privados de libertad.
Por eso, el soberanismo se volverá a movilizar este sábado, a las siete de la tarde en el cruce de las calles de Tarragona y Diputación, y exigirá la libertad de los presos y el retorno de los exiliados. Entre los clamores y las demandas que se quieren hacer oír a la manifestación, las entidades y los familiares de los presos quieren expresar que el acercamiento de los presos "no es un gesto político" y por eso exigen su liberación inmediata.
Mañana tenemos que hacer oír|sentir más fuerte que nunca el clamor por|para la #Llibertat de los presos y tomas|presas políticos.
— Ignasi Termes (@IgnasiTermes) 13 de julio de 2018
Mañana volvemos a llenar los carrers!#LlibertatPresesPolítiques #LlibertatPresosPolítics#UsVolemACasa pic.twitter.com/7NItc2DQzR
La nueva movilización convocada por las entidades soberanistas, ANC y Òmnium, además de los familiares de los represaliados, llega justo la semana que se ha completado el traslado de todos los presos políticos a Catalunya -con la llegada de Turull, Rull y Forn a la prisión de Lledoners-, y también dos días después de hacerse pública la decisión de la justicia alemana de dar luz verde a la extradición del presidente Carles Puigdemont pero sólo por malversación, y no por rebelión como quería el magistrado Pablo Llarena.
Alemania deja España en evidencia
La decisión no es menor. Alemania ha puesto a la justicia española, concretamente en su Tribunal Supremo, contra las cuerdas. El juez Pablo Llarena se encuentra ahora ante la difícil disyuntiva de tener que escoger entre retirar la euroorden -y aumentar el descrédito- o aceptar la extradición del presidente en el exilio -entrante en la contradicción de sólo poder juzgar al líder del proceso por un delito menor. La cosa, sin embargo, no acaba aquí. El hecho de que el Tribunal Superior de Schleswig-Holstein no considere existente el delito de rebelión por los hechos del 1-O hace aumentar la presión para liberar a los presos.
De hecho, los abogados de los presos han aprovechado para volver a reclamar la liberación de sus clientes y han asegurado que la decisión sobre Puigdemont pone de relieve la "injusta situación de prisión provisional". La semana que viene todos los abogados de las defensas presentarán una petición de libertad delante en la sala de enjuiciamiento, que a partir de ahora coge en relevo a Pablo Llarena, que ya ha cerrado la instrucción del caso. Además, en una rueda de prensa, los abogados han apelado a la Fiscalía para que retire los cargos de rebelión contra los procesados.
A pesar de la presión, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha evitado valorar la decisión de la justicia alemana y la nueva fiscal general, María José Segarra, se ha limitado a decir que estudiará la resolución alemana.
Esta es la primera gran movilización que se hace después del cambio de gobierno en España, tras la moción de censura a Mariano Rajoy. La última fue el pasado 15 de abril que se hizo coincidiendo con los nuevos encarcelamientos de marzo pasado, los de Rull, Turull, Romeva, Bassa y Forcadell.
Lo que hay que saber de la manifestación
La manifestación, convocada por Òmnium Cultural, la Assemblea Nacional Catalana y la Asociación Catalana de Derechos Civiles, lucirá el lema "Ni prisión ni exilio, os queremos en casa", empezará a las 7 de la tarde en el cruce de las calles de Tarragona y Diputación, junto al Parque de Joan Miró, y llegará hasta las puertas de la prisión Modelo, como símbolo de la represión. La marcha avanzará por la calle Tarragona hasta la avenida Josep Tarradellas, donde habrá un escenario desde donde se harán parlamentos.
En la marcha asistirán representantes de los tres partidos independentistas, además de los comunes, y estará encabezada por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el del Parlament, Roger Torrent. El acto final estará presentado por el actor Albert Bufill e intervendrán los portavoces de las entidades convocantes: la presidenta del ANC, Elisenda Paluzie, el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, y un representante de la Associació Catalana de Drets Civils. También estarán presentes los familiares de los presos y exiliados.
Las entidades confían en que sea una movilización multitudinaria en defensa de las libertades. Hasta este viernes habían llenado cerca de un centenar de autobuses, según fuentes del ANC, provenientes de todo Catalunya. Esta será la última gran manifestación del movimiento independentista antes de la Diada de este año que tendrá como emplazamiento la diagonal y que tiene como objetivo pedir que se haga efectivo el referéndum del 1 de octubre.