Las entidades soberanistas quieren convertir la manifestación de este sábado en una nueva Diada: la "Diada Nacional por la Libertad". La Diada es nueva, y la localización también: la calle Marina de Barcelona, desde la calle Pujades hasta el mar. A las cinco de la tarde, la ANC y Òmnium quieren llenar esta gran arteria de la capital catalana para exigir la salida de prisión de los diez presos políticos independentistas.
Bajo el lema "Libertad presos políticos, somos República", la cabecera de la manifestación se situará a la confluencia con la calle Pujades, y se extenderá hasta el mar. La cabecera avanzará hasta la avenida Icària, donde estará el escenario y se harán los parlamentos. Habrá una "cabecera de honor" para los familiares de los presos. Las entidades piden a los asistentes que vengan con el ya emblemático lazo amarillo. El objetivo es que sea una convocatoria "abierta e inclusiva", ha asegurado Marcel Mauri, líder accidental de Òmnium, este jueves. "Cualquier demócrata se tiene que sentir llamado a venir porque lo que está en juego es la democracia".
El vicepresidente de la Assemblea, Agustí Alcoberro, ha asegurado que el planteamiento que hacen es "muy ambicioso": traer hasta Barcelona una gran parte de la gente que se desplaza para los Once de Septiembre. La diferencia, ha admitido, es que las manifestaciones de la Diada las preparan con un margen de tres o cuatro meses, y esta vez lo han tenido que preparar en diez días. No obstante, ha anunciado que ya tienen 574 autocares confirmados, una cifra que aseguran que seguirá creciendo. Otra diferencia es que no habrá ni inscripciones ni tramos.
"Hemos optado por la calle Marina como espacio emblemático, una calle que tiene algunas de las postales clásicas de Barcelona, como la Sagrada Familia o el skyline," ha explicado Alcoberro. El objetivo de las entidades es que tenga la misma repercusión internacional que tienen los 11-S.
Una manifestación que no querían convocar
El portavoz de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, ha admitido que se trata de una manifestación "que nos gustaría no haber convocado nunca", porque "ningún sistema democrático puede tener presos políticos en sus cárceles". A pesar de todo, ha defendido que el 11-N será una protesta "que volverá a demostrar el civismo, que el soberanismo no tenemos otra forma de hacer las cosas que de forma pacífica y democrática".
Además de exigir la libertad de los presos políticos, la manifestación también denunciará que el Estado "ha tomado las riendas de la Generalitat de forma ilegítima". En este sentido, Mauri ha asegurado que "ante los que nos quieren violentos y crispados, siempre seremos pacíficos", y que "ante los que nos quieren divididos, este país quiere seguir construyéndose como un solo pueblo". Ha deseado que Carme Forcadell y los miembros soberanistas de la Mesa del Parlament puedan volver de Madrid. "Sería una señal de que la justicia en España empieza a enderezar su rumbo", ha dicho.
En otro orden de cosas, Agustí Alcoberro ha sostenido que todavía es "viable" una lista unitaria, que es su apuesta. No obstante, ha considerado que la prioridad es que las fuerzas independentistas revaliden la mayoría parlamentaria. Mauri no se ha posicionado.