Dos semanas después de su publicación, el manifiesto para reclamar la renovación de la cúpula de ERC, que se ha leído como un mensaje claro a Oriol Junqueras para que no presente candidatura para volver a la presidencia del partido en el congreso nacional del 30 de noviembre, ha superado el millar de firmas. Cuándo se presentó, tenía el apoyo de 300 militantes, pero en las semanas posteriores esta cifra ha ido en aumento hasta que ha superado el millar. En el congreso nacional, están llamados a decidir el futuro de la dirección del partido unos 8.700 militantes, por lo tanto, esta cifra representa en torno a una octava parte de las bases. Con todo, en la última votación, a finales del 2022 y cuando solo había una opción sobre la mesa (el tándem formado por Junqueras y Marta Rovira) solo hubo una participación del 50%. En esta ocasión, en qué ya se da por hecho que los militantes tendrán que escoger entre dos candidaturas, la participación podría ser mucho más alta.

La publicación del manifiesto supuso un descalabro dentro del partido. Hasta entonces, la crisis interna había sido soterrada, con algunos comentarios en redes sociales y con la formación intentando dar una imagen de unidad, especialmente durante la campaña de las elecciones europeas. Con este texto, sin embargo, las dos posiciones y la división entre los partidarios de Junqueras y los que dan apoyo a las tesis de Marta Rovira (que desde un principio dejó claro que ella no se presentaría a la reelección) se hizo pública.

Inicialmente, el nombre de la secretaria general del partido no aparecía entre los firmantes. Tampoco el de Pere Aragonès, president de la Generalitat en funciones, que minutos después del porrazo del 12-M reclamaba que se asumieran responsabilidades colectivas, o el de Josep Maria Jové, aunque ya se les ubicaba a favor de la renovación del partido y de sus liderazgos. Días más tarde, los tres acabaron dando apoyo como militantes de base, y sin que su cargo figurara en la firma.

El Govern en funciones, partidario de la renovación

Dentro del Govern de la Generalitat en funciones, el apoyo a este manifiesto es totalmente mayoritario. De los 12 consellers, incluyendo Aragonès, que son militantes del partido, diez han dado apoyo. Anna Simó, que hace años que forma parte de la primera línea política, y Joan Ignasi Elena, muy próximos a Junqueras y asistentes al primer gran encuentro que el expresidente celebró en Sant Vicenç dels Horts, son los únicos nombres que no aparecen al texto. Las portavoces Marta Vilalta (que también es secretaria general adjunta) y Raquel Sans (vicepresidenta de la Mesa del Parlament y vicesecretaría de Feminismes del partido) lo suscribieron desde un primer momento. Dentro del equipo negociador del partido para la investidura, que ha fijado como plazo máximo para un preacuerdo finales de julio, solo hay dos nombres que no figuran entre los firmantes: Juli Fernández y Oriol López, próximo a Junqueras.

Con respecto a Madrid, uno de los grandes apoyos del expresidente del partido es Gabriel Rufián, portavoz en el Congreso. De los 7 miembros del grupo parlamentario, 6 son militantes —todos menos el periodista Francesc Marc Álvaro— y han quedado divididos en dos: Teresa Jordà, Pilar Vallugera y Montse Bassa suscriben el manifiesto, mientras que Rufián, Jordi Salvador e Inés Granollers no. Dolors Bassa, que también fue presa política como Junqueras, se ha acabado sumando a la petición para renovar la cúpula, mientras que Carme Forcadell y Raül Romeva, que también estuvo en Sant Vicenç dels Horts, no.