El nuevo gobierno de Castilla y León aún no ha arrancado, pero la ultraderecha ya está presente. Al presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, que es también candidato del Partido Popular a la nueva presidencia de Castilla y León después de imponerse a las últimas elecciones regionales este febrero, lo ha demostrado en su discurso de investidura este lunes. Y es que para conseguir el principal cargo de la Junta autonómica, Mañueco ha tenido que llegar a un acuerdo de investidura con Vox, que no ha desperdiciado la oportunidad para gobernar por primera vez una comunidad autónoma, a pesar del rechazo que los ultras tienen hacia estas divisiones territoriales españolas. Y es que el acuerdo de gobierno afectará tanto a la Mesa del Parlamento como a la futura conformación del ejecutivo: Vox presidirá la cámara y tendrá la vicepresidencia y tres consejerías de la Junta.
Hoy, Alfonso Fernández Mañueco ha aprovechado su discurso de investidura para dar la bienvenida a su nuevo aliado de gobierno, y lo ha hecho asumiendo completamente el relato más ultra. Se ha comprobado en varias ocasiones. En referencia a la educación, por ejemplo, ha reivindicado la importancia de que el sistema educativo a Castilla y León mejore y llegue más lejos a fin de que genere "oportunidades y esté libre de todo adoctrinamiento ideológico". Es precisamente este último elemento el que denota más claramente el vínculo con Vox, que ha cargado en innumerables ocasiones contra el mismo concepto. Así, ha abogado por un modelo educativo de "excelencia" basado en "el mérito, el esfuerzo, la solidaridad y el apoyo" para ayudar a los alumnos a superar las dificultades "por su propio esfuerzo". También en materia fiscal, si bien los populares constantemente han clamado a favor de rebajar los impuestos, Mañueco también ha compartido la intención con Vox de impulsar una auténtica "revolución fiscal" con la bajada impositiva mayor "de la historia".
Memoria histórica, violencia de género y migración
Pero donde más claramente se ha hecho suyo el discurso de Vox ha estado en tres ámbitos claves. Por una parte, con respecto a la memoria histórica, Mañueco ha anunciado que pondrá en marcha una normativa "de concordia" que integrará toda la revolución existente sobre la memoria histórica. El objetivo, ha dicho al candidato popular, es reivindicar la historia "común" y entenderla como un "elemento integrador para la reconciliación". Precisamente, quiere "evitar el uso de la historia para dividir a los españoles", una expresión que podría ser perfectamente del partido de ultraderecha. Y es que Vox y el PP han acordado iniciar la tramitación, "antes del 30 de junio" de una normativa en materia de concordia que sustituya así la ley de memoria histórica en Castilla y León.
Y también en violencia de género. El candidato popular ha afirmado que su gobierno de coalición elevará a rango de ley el actual Plan de Prevención de la Violencia en el Ámbito Familiar a través de la elaboración y la aprobación de una nueva Ley de Lucha contra la Violencia Intrafamiliar, una de las principales exigencias de los ultras en el acuerdo de gobierno con los populares. Esta normativa también empezará a tramitarse pronto, antes del 31 de julio. Sin embargo, a pesar de comprar la expresión de "violencia intrafamiliar", y dar pasos atrás en la lucha contra la violencia machista (como ya hizo al nuevo presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, hace solo unas semanas), Mañueco ha garantizado que no abandonará los derechos que se han reconocido hasta ahora, "ni mucho menos". Y es que el popular tiene la intención de mantener también la actual Ley de Lucha contra la Violencia de Género: "Las dos normas son necesarias, son compatibles y son complementarias".
Finalmente, y en materia de migración, ha considerado "enriquecedor y necesario" permitir la llegada de personas extranjeras a la sociedad de Castilla y León "siempre de forma legal y ordenada", y que tengan una "clara vocación" de incorporarse al mercado laboral. También ha exigido que estos recién llegados busquen "la plena integración a través del respeto a las leyes, los valores y las libertades europeas de la sociedad que las integra". "Necesitamos políticas que tienen que promover, y así daremos apoyo, a una inmigración ordenada que, desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales, contribuya al futuro de España y de Castilla y León".
"Mejor calidad democrática"
Alfonso Fernández Mañueco ha ido más allá, reivindicando que el acuerdo con la ultraderecha permitirá "mejorar la calidad democrática". Además, ha asegurado que el pacto fue la "única alternativa" a unas nuevas elecciones, y ha garantizado cuatro años de estabilidad para la comunidad autónoma. "Es un acuerdo que respeta plenamente los principios que asumí al inicio del proceso de negociación, un acuerdo que refleja la voluntad ampliamente mayoritaria expresada por los castellanos y leoneses en la pasada cita electoral", ha dicho durante el discurso de investidura. Y ha mantenido que, pese a ser "dos partidos diferentes, cada uno con sus legítimas posiciones", han sabido dar ejemplo "de generosidad, responsabilidad y capacidad de acuerdo".