400.000 votos perdidos y seis escaños menos, de 13 a 7 y empatando con Junts, el otro partido independentista con representación en el Congreso de los Diputados. Este es el balance de las elecciones generales celebradas el pasado 23 de julio para Esquerra Republicana, que se agrava si se compara con los resultados conseguidos en el 2019, cuando ERC ganó dos veces estos comicios al país, en abril superando el millón de votos. En cambio, en esta ocasión, los que sí que han conseguido hacer añicos (y con creces) esta barrera del millón de papeletas han sidolos socialistas en Catalunya, que después de ganar las municipales, también han conseguido la victoria en las generales, cosa que no pasaba desde antes de que estallara el procés independentista, en el 2008. Aunque durante la campaña electoral los candidatos y dirigentes de Esquerra se dedicaron a repetir que el auténtico voto útil contra la derecha y la ultraderecha eran los republicanos, ante el peligro de que el PSOE acabara invistiendo a Alberto Núñez Feijóo (una posibilidad que después de los resultados parece lejos), fue mucho más efectiva el llamamiento al voto útil del PSC, que se repitió por todo el Estado pero que fue especialmente efectiva en Catalunya, donde acabaron imponiéndose en las cuatro demarcaciones, con una especial ventaja en Barcelona gracias a su área metropolitana.
Pero, ¿donde se han perdido estos 411.976 votos que Esquerra se ha dejado por el camino en estos últimos tres años y medio, entre las elecciones del 10 de noviembre del 2019 y del 23 de julio del 2023? En ninguna capital de comarca de Catalunya Esquerra ha ganado votos y en todas ha perdido, a diferencia, de nuevo, del PSC, que ha mejorado resultados por todo el país. Hay que tener en cuenta que en el 2019, ERC se impuso en ciudades donde no habían ganado nunca en unas elecciones generales, desde Barcelona a Igualada o Vilanova i la Geltrú, aparte de buenos resultados en grandes municipios como Sabadell, Terrassa, Granollers, Mataró, donde estuvo segunda fuerza a pocos votos de diferencia de los socialistas.
Aquellas elecciones se celebraron pocas semanas después de que el Tribunal Supremo condenara a los presos políticos por el 1-O, entre los cuales había el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, "el más condenado de todos", tal como ha ido recordando Gabriel Rufián durante la campaña electoral. Entonces, ERC había conseguido "ampliar la base" en comarcas como el Baix Llobregat, donde estuvo segunda fuerza y este año ha sido superado no solo por el PSC sino también por los comunes y el PP. Aquellas personas no independentistas que en el 2019 los votaron, bien por su estrategia política bien como gesto de solidaridad, ante la amenaza de la derecha y los llamamientos al voto útil, este año no lo han hecho.
Ganadores a solo tres capitales de comarca
El 23 de julio, Esquerra solo fue la opción preferida de los votantes en tres capitales de comarca: Moià, en el Moianès; las Borges Blanques en las Garrigues y Gandesa, en la Terra Alta. Así y todo, en estos tres municipios donde los republicanos resistieron como primera fuerza, también perdieron papeletas, ya sea porque los antiguos votantes optaron por otra opción política o porque decidieron abstenerse, entre los llamamientos a no ir a votar que habían hecho determinados sectores del independentismo por la falta de avances en los últimos años de procés. Gandesa, dondelos votaron a 362 vecinos (solo 13 más que al PSC), fue donde los republicanos perdieron menos votos de todas las capitales de comarca catalanas, un 24%. La sigue Sort, en el Pallars Jussà, donde pierden un 27,06% y Moià y les Borges Blanques han conseguido un 31,32 y 35,68 menos votos, de lo que hace cuatro años. En Falset (Priorat), ERC también ha cedido la primera posición al PSC, aunque por una diferencia de 30 votos, y ha perdido un 36% de las papeletas.
Las principales fugas de votos en Figueres, Lleida y Olot
Estas cinco capitales de comarca son una excepción. En las 38 restantes, ERC ha perdido, como mínimo, un 40% de sus votos y, en hasta 12 la cifra de votos perdidos supone más de la mitad de los votos que consiguió en el 2019. El caso más grave es el de Figueres. Si el 2019 ERC ganaba las elecciones generales con 3.760 votos, este año ha conseguido solo 1.559. De esta manera, ha dejado de ganar un 58,54% de los obtenidos el 10-N, y han pasado de ser primera fuerza en la capital del Alt Empordà a quinta, por detrás de PSC, PP, Junts y también Vox, aunque en el ámbito comarcal, el partido ha conseguido no recular tanto como en Figueres y situarse como tercera fuerza. Hay que tener en cuenta que a elecciones municipales, ERC, que había gobernado en los últimos cuatro años en la ciudad en una coalición con PSC y la CUP, sufrió también un fuerte descalabro electoral, pasando de 5 a 2 concejales y un 65% de votos menos.
Completan el top tres de comarcas donde más ha bajado el voto en Esquerra Republicana Lleida y Olot. En la capital del Segrià su descenso ha sido muy notable, ya que se ha pasado de 16.188 papeletas en 7.163, hecho que supone un descalabro de 9.025 votos menos, es decir un 55,75%: más de la mitad de leridanos que el 10 de noviembre del 2019 votaron a Esquerra, este año han optado por una opción política diferente o se han abstenido. A diferencia de Figueres, los republicanos solo son superados por PSC y el PP. En las pasadas elecciones municipales, ERC también perdió la alcaldía de la ciudad y también se vio superada por los dos mismos. De hecho, el resultado del partido en estos dos comicios, separados por|para solo dos meses es muy similar: 7.199 el 28-M y 7.163 el 23-J.
En el caso de Olot, el porcentaje de voto perdido respecto del 2019 es muy similar al de Lleida: un 55,72%. En noviembre del 2019, ERC estuvo muy cerca de atrapar en Junts en la capital de la Garrotxa, pero se tuvo que conformar con una segunda plaza. Y este año, después de perder 2.549 han quedado relegados a la tercera plaza, por detrás de los juntaires y también de los socialistas, en que se ha impuesto incluso en uno de los feudos del independentismo.
Cifras prácticamente idénticas
A pesar de los llamamientos a la abstención que se han hecho desde el independentismo, los republicanos creen que les ha hecho retroceder de manera tan clara son los llamamientos al voto útil que ha hecho al PSC en esta campaña. Gabriel Rufián lamentó que estas habían sido las elecciones españolas más españolas en muchos años en Catalunya, ya que las tres fuerzas más votadas (PSC, Sumar y el PP) no son partidos de obediencia catalana sino sucursalistas, según los ha llamado él mismo. Dando un repaso a los datos de los resultados en las capitales de comarca, los números revelan que en muchas ocasiones, los votos que pierden a los republicanos y que ganan a los socialistas son muy similares. Eso no quiere decir, en ningún caso, que todas las personas que han dejado de votar Esquerra hayan optado por el PSC, ya que en estos comicios la abstención ha sido más elevada y los republicanos también hacen frontera a la izquierda con Sumar y por el voto independentista con Junts.
Por ejemplo, en Moià, donde votaron a 3.032 personas, ERC perdió 358 votos y el PSC ganó 371, siendo la diferencia de solo 13 papeletas. Una situación similar a la de Vielha y Mijaran, capital de la Val d'Aran donde votaron a 2.307 personas, y los republicanos descendió en 155 votos, mientras que el PSC subió 170, separándolos solo 15 votos; o en la Bisbal del Empordà. En la capital del Baix Empordà participaron en las elecciones generales 4.472 personas, y la diferencia entre los votos que pierde ERC y los que gana el PSC también es mínima, solo 17 papeletas.
La mayoría de capitales donde esta diferencia es menor a 50 votos son poblaciones con un número de población bajo, pero también en grandes capitales se dan estas circunstancias. El ejemplo más claro es Tarragona, donde se contabilizaron hasta 60.604 votos. Allí, ERC perdió 6.115 votos, mientras que el PSC se consolidó como primera fuerza con 6.175 más de los que había obtenido en el 2019. Es decir, que los socialistas ganaron 60 votos más que los Esquerra se dejó por el camino. En las tres capitales restantes, esta brecha se ensancha y tanto en Lleida, Girona y Barcelona, el PSC gana menos votos de los que pierde Esquerra. En Barcelona, por ejemplo, en los de Oriol Junqueras les dejaron de votar a 83.723 personas, por las 77.125 más que han optado por la candidatura de Meritxell Batet.