Jordi Sànchez no podrá asistir a la ronda de contactos con Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela. El Tribunal Supremo ha rechazado este lunes el permiso solicitado por su defensa, después de que lo reclamara la presidenta Meritxell Batet, para asistir como representante de Junts per Catalunya. Horas más tarde, se ha conocido que su sustituta será la diputada Laura Borràs. Como en anteriores ocasiones, ERC no asistirá.
El pasado martes, el entorno de la presidenta Meritxell Batet trasladó al grupo parlamentario que, si querían que fuera Sànchez, lo tenían que pedir a la sala segunda del alto tribunal. Así lo hicieron, en un escrito donde el abogado Jordi Pina apelaba a la "excepcionalidad" del momento, que "no es otro que los prolegómenos que la Constitución prevé para proceder al tan relevante momento constitucional que significa la investidura de un presidente de gobierno".
En su auto de este lunes, la sala segunda asegura que no existen "importantes y comprobados motivos", como alegaba la defensa, para autorizar la salida de prisión, porque "el permiso pedido no encaja en la existencia de un acontecimiento que afecte a un familiar del interno". Además, el tribunal del procés considera que Jordi Sànchez es "perfectamente sustituible por cualquier otro miembro de su candidatura política". Añaden en este sentido: "La negativa que ahora resolvemos implica una limitación que es inherente a la medida cautelar que le afecta".
Por otra parte, la sala segunda también recuerda a la defensa de Sànchez que ha incurrido en un defecto de forma que ya implicaría su rechazo, ya que, aunque la competencia para conceder permisos extraordinarios sea del tribunal, la petición se tendría que haber dirigido a Instituciones Penitenciarias para la previa tramitación de un expediente administrativo. En todo caso, el tribunal ha hecho una respuesta motivada para "despejar las incertidumbres sobre la petición de Sànchez".
Sólo necesitaba visto bueno de Marchena
La ronda de consultas del Rey es un trámite que regula el artículo 99 de la Constitución española, que establece que "después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en el resto de supuestos constitucionales en que proceda, el Rey, con consulta previa a los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la presidencia del Gobierno".
No había ningún impedimento para que fuera Sànchez, a pesar de su suspensión como diputado, porque no está regulado quién tiene que ser el representante que vaya al encuentro en el Palacio de la Zarzuela. No siempre han sido los portavoces o diputados de las formaciones en el Congreso. En 2016, por ejemplo, fue el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, que ni siquiera era diputado en las Cortes. Sólo necesitaba la autorización del Supremo para salir en libertad, que no ha obtenido.