Lleva dos semanas dando explicaciones. Tras soltar en 13TV que el Estado presionó a países para que se posicionaran en contra de Catalunya, el exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo ha profundizado más en la cuestión hoy en Espejo Público de Antena 3 y ha intentado dejar clara la diferencia entre "trabajo" y favores".
Primero ha hecho hincapié en el "trabajo inmenso" que ha realizado él y su ministerio para "contrarrestar" el "esfuerzo gigantesco" de explicación del procés que ha hecho la Generalitat y lo ha justificado poniendo de relieve que ésta era su "obligación".
Pero, ¿en qué consistía este "trabajo"? Bautizada con el nombre Comisión Montserrat, políticos, pero también asociaciones y voluntarios contrarios a la secesión de Catalunya, se reunían cada viernes de la legislatura, incluso "fuera de las horas de trabajo", que Margallo era ministro en el palacio de Santa Cruz para "analizar cuál estaba siendo la actuación de la Generalitat en el exterior", así como "cuál iba a ser nuestra línea de acción exterior para defender las razones de España".
El partido se juega fuera
Luego ha incidido en el concepto "favores". Según él, estos favores no existen, pero está claro que, a su parecer, "cuando alguien hace un esfuerzo adicional, un favor de este tipo, tú quedas de alguna manera en deuda con él". Por esfuerzo adicional, el exministro aclara que se trata del hecho de que un país "dé un paso más y diga que ningún Estado miembro reconocería a Catalunya".
Margallo ha querido dejar claro que él si hacía todo esto, y de hecho el actual ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, también reconoció haber hecho gestiones en la Unión Europea para combatir el procés, es precisamente porque "el partido se juega fuera".
Si hubiese dependido sólo de España, "con prohibir las cosas se habría acabado", ha asegurado el exministro, al mismo tiempo que se ha justificado asegurando que "el problema es la repercusión que pueden tener fuera", motivo por el cual redactaron una guía titulada "Convivencia democrática".