El ex-ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, confesó este martes que desde el gobierno español se había negociado secretamente con varios gobiernos de todo el mundo para evitar que se posicionaran a favor de la independencia de Catalunya. "Nadie sabe cuántos favores debemos a una cantidad de gente por haber conseguido que hicieran las declaraciones que hicieron", admitía en el programa de 13TV El Cascabel (a partir del minuto 10 del vídeo).
Después de haber protagonizado un acalorado debate con el expresident Artur Mas aquella misma tarde, Margallo explica en el plató qué estrategia siguió desde el ministerio para conseguir que Catalunya no recibiera apoyos. Cuando llegó al frente del ente, convocaba una reunión cada viernes -durante los cinco años que estuvo- para dar "instrucciones muy concretas a embajadores y cónsules, para que respondieran cualquier ofensiva".
Margallo celebraba en la entrevista que la operación "salió bien" porque fuera "nadie les ha reconocido". De hecho, aseguraba que desde Catalunya se había reconocido que "en la escena internacional han perdido en todo".
Los esfuerzos del gobierno español no fueron pocos. Tal como el mismo ministro declaró, él había ido numerosas veces a los países bálticos –"no es que tengamos especiales intereses económicos, es que tenemos el tema catalán", concretaba–, al Canadá o al Vaticano. "Eso te consume una cantidad de energía enorme", se quejaba.
El resultado de esta ofensiva internacional en contra del independentismo resultó en varias declaraciones de líderes extranjeros. Algunos hacían crecer el miedo a ser expulsados de Europa, como las palabras de David Cameron asegurando que Catalunya tendría que hacer cola detrás de los países candidatos. Merkel también hizo declaraciones a favor de Rajoy y del respeto a las leyes.
Donde la cosa estaba más difícil era en las regiones bálticas donde varios líderes se manifestaron a favor de la independencia. El ex primer ministro letón Valdis Dombrovskis aseguró que reconocería Catalunya y el primer ministro lituano, Algirdas Butkevicius, defendió que Catalunya tenía el derecho de autodeterminación. Un tiempo después de las declaraciones de Dombrovskis unos informes de la policía lo acusaban de haber cobrado a cambio de defender el proceso catalán, cosa que la Oficina Antifraude de Letonia acabó descartando.