La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha hecho frente al descontento de los valencianos por el retraso en el despliegue militar durante los días más intensos de la DANA. Robles ha visitado este viernes Paiporta, una de las poblaciones más afectadas por el temporal de hace casi cuatro semanas. Precisamente aquí está donde fueron apedreados los reyes de España, Pedro Sánchez y Carlos Mazón. En este caso, el recibimiento a la ministra también ha sido hostil. "¿Ha venido a hacerse la foto? Dadle una pala", decían algunos vecinos. También le han recriminado que "hoy que no hay barro se puede venir tranquilamente".
Durante su visita, se han viralizado algunos vídeos en la red social X donde algunos vecinos le exigen que "por qué solo hay ocho mil militares, o por qué no dio el orden". Robles iba acompañada de escoltas, algunos policías militares del UME, y mandos militares como la jefe de la Unidad Militar de Emergencias, el teniente general Francisco Javier Marcos. Sin embargo, los agentes que la rodeaban no han podido evitar que se acercaran algunos renegados con el Gobierno.
El teniente general Marcos se ha esforzado en explicar que "a las once y media de aquel día tan terrible, estábamos aquí", y un vecino le ha dicho de manera irónica: "que digan que estaban preparados y no les dieron el orden, me parece muy bien", refiriéndose a las declaraciones que hizo Marcos desde la Moncloa.
Robles también ha ido a Picanya y Xest
La ministra de Defensa también ha visitado la localidad valenciana de Xest, donde en solo 24 horas el UME ha montado un puente Mabey sobre el río que está previsto que entre hoy en funcionamiento con el objetivo que se pueda recuperar la movilidad del tráfico en aquella zona. Posteriormente, Robles se ha desplazado a Picanya, donde ha sido testigo del lanzamiento de otro puente en que han trabajado 30 militares y que estará operativo en cuestión de días. Codo con codo con el alcalde de la localidad, ha agradecido los trabajos y la inmediatez de la respuesta de las Fuerzas Armadas para mejorar la dramática situación que han vivido.
La extracción de barro y la limpieza posterior siguen siendo dos de las tareas más necesarias en las localidades afectadas. Todavía hay colegios y locales y casas ubicados en los bajos de los edificios que son inhabitables.