Sergi Sabrià ha anunciado que dimite como viceconseller del Govern, lo ha hecho, sin embargo, negando cualquier papel en este caso: "No lo hago porque sea culpable, ni porque me sienta como tal, lo hago porque creo que es la mejor aportación que puedo hacer a ERC", ha indicado sobre el caso de los carteles difamatorios contra los hermanos Maragall. Ahora bien, una vez ha acabado su anuncio y se ha abierto una ronda de preguntas, Sabrià sí que ha admitido tener pleno conocimiento sobre el envío de tres mariachis en la sede de Junts per Catalunya cuando la ejecutiva de este partido se reunía para estudiar la salida del Govern en septiembre de 2022.
"Campañas más próximas al activismo"
El hasta hace poco viceconseller del Govern ha asegurado que en ERC no hay una estructura paralela dentro del partido y ha aclarado que lo que hay son "campañas que son con el logo del partido y otras que son más próximas al activismo. Y todas están autorizadas y financiadas con transparencia. Las campañas de difusión de mensaje sin logo son habituales y quizás las campañas contemporáneas no son tan bonitas como nos gustaría", ha explicado.
Los mariachis de Junts
Dicho esto, y precisamente sobre estas "campañas próximas al activismo", Sabrià ha puesto una serie de ejemplos sobre lo que él considera que es activismo: "Hacer activismo es hacer tuits, difundir un vídeo de una intervención desafortunada de un rival, encartelar media Catalunya con el lema 'Free Junqueras', inventarse 'La Fábrica' de Rufián, las sardinillas en los trenes (cuándo tres personas disfrazadas de sardinas subieron a un tren de Rodalies para denunciar la gestión del servicio), o unos mariachis, más o menos desafortunados, en un mal día de tu rival". Sabrià se refiere a unos hechos que tuvieron lugar el 29 de septiembre de 2002 cuando la ejecutiva de Junts estaba reunida en su sede de Barcelona deliberando sobre su futuro en el Govern. Los tres músicos se acercaron a la sede pero fueron interceptados por responsables de comunicación del partido, los cuales hablaron con los mariachis y les hicieron marcharse.
Para Sabrià, las campañas de difusión de mensajes sin logo "son habituales y quizás las campañas contemporáneas no son tan bonitas como nos gustaría, pero la partida la juega todo el mundo, y eso no tiene nada que ver con los carteles repugnantes ni es una estructura paralela", ha sentenciado. Es entonces cuando, al ser preguntado por si él era el ideólogo de estas campañas más próximas al activismo, Sabrià ha respondido: "Del 'Free Junqueras' sí, la idea de los mariachis no sé si era mía, pero sabía que pasaría".