El líder del Partido Popular Mariano Rajoy dimite como máximo dirigente de la formación y convocará un congreso extraordinario para escoger a su sucesor. "Es hora de poner punto y final. Es lo mejor para mí y para el PP. Es lo mejor para el PP, para mí y para España", ha anunciado ante el Comité Ejecutivo Nacional del partido este martes. Rodeado de barones y dirigentes populares, el expresidente ha dado el paso la semana posterior a la moción de censura del ya presidente socialista Pedro Sánchez. Rajoy no ha aclarado si abandonaría el escaño en el Congreso, pero se ha dicho a "la orden" de su sucesor, todavía incierto.
El aún líder del PP pilotará así la transición hasta culminar en un nuevo liderazgo, según pedían ciertos barones, con el fin de abrir "una nueva etapa" en el partido. "Tenemos los resultados de una gestión que todo el mundo valora, ahora lo tenemos que defender antes de que lo tiren por el suelo", ha expuesto, cuando ha agradecido a los antiguos ministros el apoyo y a su "única" vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Los suyos han estallado en un aplauso, ante un Rajoy visiblemente emocionado, quien ha recordado que pegaba carteles hace 40 años, cuando se afilió a las filas del partido conservador.
El hecho es que el gallego no pretende introducir cambios en el grupo parlamentario en el Congreso, en este impasse. Eso provoca que Santamaría se mantendrá como diputada rasa, y Rafael Hernando seguirá siendo el portavoz del partido, encargado de dirigir el grupo y tomar las decisiones importantes. Y según algunas voces, el congreso fundacional tendría que ser antes de mayo del 2019, cuando serán las elecciones autonómicas y municipales. Ahora bien, él permanecerá a disposición. "El partido es mi vida y no dejaré este carné que me ha acompañado siempre", ha insistido delante de la plana mayor de Génova.
La reaparición de Rajoy también ha servido para cargar contra el incipiente gobierno dirigido por Sánchez y señalar su "fragilidad política" para combatir al independentismo. Rajoy ha acusado duramente que el ejecutivo socialista hubiera sido "aupado" por ERC y PDeCAT, aunque la primera decisión del nuevo presidente fue escoger a Josep Borrell, ariete del procés, como ministro de Exteriores. El dirigente popular ha criticado también a Ciudadanos, por haberle hecho oposición al PP, lo que habría derivado en la "paradoja" de que caiga el gobierno con apoyo de los independentistas.