El ministro de Interior en funciones del Gobierno, Fernando Grande-Marlaska, ha calificado de "inoportuno" el discurso político del general de la Guardia Civil, Pedro Garrido, que el miércoles provocó que la dirección y los jefes de los Mossos abandonaran un acto a Sant Andreu de la Barca.
Según publica el diario El Mundo, Grande-Marlaska estaría muy molesto por las palabras de Garrido, un malestar que se ha extendido incluso al resto del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que entiende que con el conflicto actual con Catalunya y a punto de conocer la sentencia, hay que medir todas las palabras.
Aunque Grande-Marlaska y nadie del Ministerio del Interior español se atreve a corregir en público ni una coma del pronunciamiento del general de la Guardia Civil, sí que han mostrado internamente, según explica el rotativo, su malestar porque consideran "poco idóneas" e "inoportunas" sus palabras, tal como está la situación política y territorial.
En este sentido, las críticas han acontecido a que miembros del Gobierno hayan reclamado a Grande-Marlaska más control de lo que son sus responsabilidades.