En el contexto de casos como el de los mossos racistas de Manresa, pero también de los CIE o las devoluciones en caliente, ERC ha reclamado a Fernando Grande-Marlaska que reconozca que hay "racismo institucional". Pretendía ser un primer paso para evaluar y tomar medidas para combatirlo. Lejos de eso, el ministro del Interior ha negado la mayor. Ha reclamado "evitar las generalizaciones" y ha defendido que los casos de discriminación son "anecdóticos". Generalizar, ha insistido, "implica un concreto desconocimiento".
En respuesta a la diputada republicana Marta Rosique, el ministro del Interior ha sostenido que "si alguna cosa define a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado es su profesionalidad para garantizar el libre ejercicio de nuestros derechos". Si bien ha admitido que "se tiene que hacer mucho más" en este ámbito, sobre todo en la formación, también se ha negado a admitir que haya racismo institucional y estructural. Ha subrayado que existe una oficina de delitos de odio del Cuerpo Nacional de Policía (CNP).
Rosique ha puesto ejemplos de un "sistema racista", que van más allá de asesinatos o masacres como la del Tarajal. Ha citado los CIE, los "miles de detenciones injustificadas en el metro", las "identificaciones raciales", las devoluciones en caliente en la frontera sur o la Ley de Extranjería. "No le acuso de ser el único responsable, le pido que lo reconozca", ha insistido la diputada de ERC, que no ha encontrado respuesta del ministro. "No sólo pasa en Estados Unidos, sino también a Europa y el Estado español", ha lamentado Rosique.
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