El gobierno de Mohammed VI avisa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que la crisis institucional con Marruecos todavía no ha terminado y le recuerda los "favores" que le hicieron a España contra el independenstimo catalán. De hecho, el pulso justo acaba de empezar y quiere ir más allá de la declaración de mañana del líder del Polisario, Brahim Ghali, ante la Audiencia Nacional por una querella abierta de este, acusado de presuntos crímenes contra la humanidad. El ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, ha asegurado que "ve insuficiente la actitud de la Moncloa en el posicionalmente firme a favor de respetar un Sáhara integrado" dentro de su país.
"Marruecos rechazó la visita de un líder separatista"
Pero la carta dedica un extenso párrafo a recordar cómo Marruecos siempre ha ayudado al estado español a combatir el independentismo catalán. E incluso sitúa hechos concretos bastante relevantes: "No podemos luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en casa del vecino. La política nuestra con España siempre ha sido clara. Durante la crisis catalana, Marruecos no optó por la neutralidad, sino que fue uno de los primeros en ponerse al lado de la integridad territorial y la unidad nacional de su vecino del norte como forma clara y contundente".
El ministro Bourita va más allá y pone fechas: "¿Cuál habría sido la reacción de España si un representante del separatismo español hubiera sido recibido desde el Palacio Real marroquí? El año 2012, una delegación económica del gobierno catalán quiso visitarnos y decidimos modificar el programa, a petición del gobierno español, para que esta delegación no fuera recibida a alto nivel y que todas las entrevistas se hicieran en presencia del representante de la embajada de España en Rabat". Y no acaba aquí: "El año 2017, la misma coherencia dimos y decidimos rechazar la petición de una visita y una reunión de un gran líder del separatismo catalán", sin especificar el nombre y apellidos.
Por eso, el comunicado concluye: "Así pues, estamos en el derecho de no esperar menos de España, porque este es el principio de un verdadero entendimiento". Por todo ello, la crisis migratoria vivida en Ceuta podría ser el entremés de todo lo que vendrá a partir de ahora.
El gobierno marroquí va más allá del recibimiento que ha tenido Ghali en un hospital de La Rioja, donde ha conseguido recuperarse de la Covid-19: "El origen de la crisis no se limita a su llegada y salida. El fondo de todo es que las intenciones hostiles de España con el Sáhara no nos gustan". Parece que la Moncloa ha dado en el clavo con los marroquíes en un asunto que consideran "sagrado". Y mañana, cuando vean al líder del Polisario entrando en la Audiencia Nacional, certifican que "España reconocerá haber recibido en su casa, de forma intencionada, oculta y fraudulenta, a una persona procesada con denuncias de víctimas incluso españolas".
La prensa marroquí ya se adelantó
El aviso del gobierno de Mohammed VI llega fomentado por la opinión pública de su país. La semana pasada, el editorial del diario Al Ahdath Al Maghribia, una publicación independiente y socialista que sale en defensa de la unidad de su país, ya avisó al estado español de que no se metiera en los asuntos internos y la disputa con el pueblo saharaui.
Además, entró en la comparativa e interpelaba directamente a la Moncloa: "Para dar la vuelta a la ecuación, ¿qué pasaría si Marruecos diera apoyo al referéndum catalán del 2017 y Carles Puigdemont fuera acogido y saliera nuestro ministro de Asuntos Exteriores a decir que se hace por motivos humanitarios, pero que eso no afectará en ningún caso a la relación con España? Ellos explican que Carles Puigdemont los traicionó, violó la ley y ejerció presión sobre el poder judicial y acabaron tildándolo de haber cometido crímenes contra la humanidad".