Marruecos se siente fuerte después de que ha conseguido desestabilizar la política española tan sólo permitiendo el paso de unos centenares de jóvenes a Ceuta, y el gobierno marroquí advierte a España que no le dejará pasar ni una. El mensaje lo ha lanzado el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, visiblemente molesto por la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en España, cuando en Marruecos es visto como un terrorista.
Bourita ha insistido que no aceptarán más "dobles lenguajes" de España, en referencia a que dice que quiere tener buenas relaciones con Marruecos, pero al mismo tiempo trata en un hospital el líder del Polisario, enfermo de Covid, sin ni informarlo.
"La buena vecindad y la colaboración no son eslóganes. Se tienen que concretar. Y por desgracia, lo que Marruecos ha recibido desde el 17 de abril [de España] no ha sido ninguna prueba de buena vecindad ni de colaboración. Y Marruecos no aceptará más este tipo de doble lenguaje", ha indicado el ministro.
La metedura de pata de Sánchez
Marruecos se ha convertido en una pieza importante para Estados Unidos en el mundo árabe, y en los últimos días ha contribuido al alto el fuego entre Israel y Hamás. Y además el presidente Donald Trump reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, a cambio de que Marruecos reconozca Israel como han hecho los países del Golfo Pérsico. Todo indica que el presidente Joe Biden seguirá esta política de Trump, porque prima la estabilidad en el mundo árabe y en el Oriente Próximo, y esta es una prioridad para la administración americana.
El caso es que el Gobierno español ha tenido en los últimos meses una posición geostratègica que ha chocado de frente con este modelo diseñado laboriosamente por EE.UU., primero con declaraciones del entonces vicepresidente Pablo Iglesias a favor del Sáhara y después con la acogida hospitalaria al líder del Polisario. Marruecos se enteró 4 días después por casualidad. Las consecuencias ya se han visto, y el presidente Pedro Sánchez ha tenido que desplegar el ejército español en las playas de Ceuta, y hoy también lo ha hecho en Melilla.
Polémica con Margarita Robles
El ministro de Asuntos Exteriores marroquí se muestra indignado en sus declaraciones también por las críticas que ayer lanzó la ministra de Defensa española, Margarita Robles, a Marruecos, diciendo que había actuado con "venganza" y asegurando que con España no se juega. Según Bourita, su gobierno ha abortado 13.000 intentos de inmigración irregular desde el 2017, ha desmantelado 4.163 redes de tráfico de personas, y ha frenado 48 intentos de asalto a Ceuta, con un gran coste económico.
"Europa no nos paga ni el 20% del coste que Marruecos asume en la lucha contra la migración clandestina", ha asegurado el ministro, que ha apuntado que en los últimos días su país ha hecho "el 99% de los esfuerzos" para contener los migrantes, mientras que "no han hecho nada al otro lado", el español.