Los carteles infamantes contra los hermanos Maragall, que orquestó, por activa o por pasiva, la dirección de Esquerra a la sombra en marzo de 2023, todavía tienen repercusiones. Sin haberse aclarado quién fue el que ordenó o permitió, desde la sede nacional, en la calle de Calàbria, que los carteles donde se insultaba, aprovechando la enfermedad que padece el expresidente, a los dos hermanos Maragall, a las puertas de las elecciones municipales, donde Ernest Maragall se batía en duelo con Xavier Trias, Ada Colau y Jaume Collboni, salieran a la luz y fueran colgados por tres jóvenes de Igualada que responden a una trama B -tampoco aclarada ahora-, hoy se ha podido saber cuál fue la reacción que tuvo la secretaria general del partido, Marta Rovira, desde Suiza. La de Vic, en aquel momento exiliada, si bien era una de las personas fuertes de la organización republicana, pidió explotar la campaña de los carteles para "arrancar votos de solidaridad".
Según se ha sabido ahora, de conversaciones privadas que mantuvieron miembros de ERC en un grupo de Signal, el partido intentó sacar provecho de la campaña cuando se supo que se había ejecutado y que se había hecho desde filas propias, simulando un ataque de falsa bandera. Si bien la idea era situar a Maragall en el debate público, que en aquel momento estaba acaparado por Xavier Trias, de Junts, y Jaume Collboni, del PSC, y hacerlo aparecer y sacar la cabeza, también desde la dirección del partido se pidió aprovechar la campaña para "arrancar votos de solidaridad", en palabras textuales de la líder republicana. Concretamente, Marta Rovira aseguró que "es una campaña tan agresiva que si la denunciamos públicamente quizás arrancamos unos cuantos votos de solidaridad", tal como se puede leer en una captura de pantalla, tal como ha avanzado El Matí de Catalunya Ràdio y a la cual ha tenido aceso ElNacional.cat, de los grupos internos de Esquerra. Este mensaje fue enviado después de que uno de los jefes locales de Esquerra en Barcelona enviase las imágenes. La portavoz parlamentaria Marta Vilalta también dijo que era "muy fuerte", en el mismo canal. Más tarde, Rovira dijo que se tenia denunciar los hechos.
En otras capturas de pantalla, de los mismos grupos, se confirma que la secretaria general de Esquerra pidió a su círculo que algunas acciones las pasaran por la 'B', en referencia a esta estructura paralela organizada por la dirección del partido para hacer acciones de contracampaña, contra otros partidos o contra ellos mismos, como falsa bandera. "¿Cómo estamos de campaña B?", pidió en un grupo similar, -meses después del escándalo de los carteles-, después de la publicación de una entrevista a un líder de Junts, para pedir, supuestamente, activar esta estructura. Sergi Sabrià dijo que alguien "quedaba", confirmando, según estas conversaciones, que la dirección del partido tenía conocimiento de esta estructura. Otras capturas de pantalla de estas conversaciones confirman también que la estructura paralela siguió trabajando a pesar de saber que habían sido los responsables de la campaña contra los hermanos Maragall.
Sacar provecho de los carteles
De acuerdo con todas estas informaciones, estas declaraciones contrastan con las que después de estallar el escándalo, en rueda de prensa, Raquel Sans, portavoz del partido -ahora desvinculada del cargo- dijo que desde la dirección de Esquerra consideraron que este ataque de guerra sucia era de "gravedad extrema" y que animaron a Maragall a denunciar policial y judicialmente los hechos. Al mismo tiempo, también aseguró, como también se contradijo después, que desde el partido no se animó a Maragall a retirar la denuncia cuando se supo que la acción provenía de filas republicanas. Incluso Rovira aseguró que en Esquerra no había ninguna "estructura B", otro hecho que quedaría desmentido con estas conversaciones que se ha conocido hoy.
En este grupo de Signal, según ha podido saber ElNacional.cat, como en otros más reducidos, participaban varias personas y servía, tal como han explicado diversas personas que formaban parte, para organizar acciones y encargar la ejecución a personas que después cobraban, supuestamente, desde empresas vinculadas al partido. Algunas de estas personas aún siguen vinculadas a Esquerra, si bien la investigación policial de los Mossos d'Esquadra y la investigación interna solo ha podido poner nombre a uno. En otras conversaciones en estos mismos grupos, la dirección del partido, bicefálica entre partido y gobierno, pedía acciones concretas para reforzar el relato oficial, con carteles contra Salvador Illa, exministro de Sanidad, o también enviando a la sede de Junts, cuando se debatía si salir del Gobierno de Aragonès, unos mariachis.
Batalla por el control del partido
Esta revelación de este lunes impacta directamente en el ambiente precongresual que vive el partido de Macià y Companys, que el próximo 30 de noviembre deberá escoger el rumbo entre cuatro candidaturas -de momento. La que lidera Oriol Junqueras o la que tutela Marta Rovira (con un liderazgo no definido con personas como Raquel Sans o Marta Vilalta), pero también las que lideran los más atrevidos, con Joan Puig al frente, o la última que se ha presentado, la que lidera el exconcejal de Barcelona y exconseller, Alfred Bosch.
Las personas que pueden quedar marcadas por las informaciones de ahora forman parte de una de las candidaturas, la que si bien asegura que es de renovación, es la que lideran las personas que han guiado el partido los últimos años y que han firmado con el PSC de Salvador Illa la entrega del Gobierno de la Generalitat. Marta Rovira, que si bien anunció que dejaría la secretaría general, es quien está aglutinando algunos cuadros para plantar batalla a Junqueras, queda ahora marcada después de saberse estas intenciones sobre los carteles de la infamia contra Ernest y Pasqual Maragall. De momento, el entorno de Marta Rovira, no ha querido hacer declaraciones después de estas nuevas informaciones y lo enmarcan en filtraciones interesadas.
Los carteles contra los Maragall, en centros de Alzheimer
Después de poderse confirmar que los carteles contra los hermanos Maragall fueron una acción de falsa bandera de los republicanos, a través de una estructura B donde con Sergi Sabrià y otros dirigentes del partido se habían montado acciones similares, se fueron sabiendo algunos detalles. Como el coste inicial de la campaña, lo que finalmente debía costar, la investigación que hicieron los Mossos y un detalle que avanzó uno de los implicados en la ejecución, un joven de Anoia, que reveló que los que ordenaron la pegada de carteles pidieron que también se colocaran en centros de enfermos de Alzheimer.
En estas revelaciones que hicieron los implicados -ahora, liberados de culpa, después de la retirada de la denuncia por parte de Maragall, cuando se supo que había sido obra del mismo partido- también se supo que el líder del comando ejecutor cobró facturas falsas a través de una empresa, Relevance, vinculada a Esquerra, para simular otros trabajos, pero que servían para pagar estas campañas contra militantes del partido y también, supuestamente, otras acciones, como cuando se colgó, en un puente de Sant Vicenç dels Horts, un muñeco de Oriol Junqueras. La investigación reservada que se hizo desde el comité de ética del partido, según algunas fuentes, se cerró con falsedad y con sanciones leves contra miembros de la dirección y la expulsión de uno de los militantes que había formado parte del grupo de conexión entre los estrategas y los ejecutores, haciendo así un cortafuegos para evitar conocer realmente, aseguran las mismas fuentes, la envergadura de toda la estructura paralela entre Calàbria y el Palau de la Generalitat.