La jueza argentina Maria Servini intentó procesarlo por su responsabilidad en cuatro homicidios durante la Transición, concretamente el año 77 en Vitoria y el año 78 Pamplona. Pero no tiró adelante y fue revocado. Hoy, el exvicepresidente y exministro español Rodolfo Martín Villa ha reaparecido, y lo ha hecho bastante satisfecho. El exdirigente de la UCD ha reconocido que alguien le podría llegar a considerar "responsable" político y penal de aquellas muertes. Pero, de la misma forma, también ha dejado claro que no le quita el sueño: "Si no he perdido un minuto de sueño en estos años, creo que puedo abordarlo con toda tranquilidad". A su llegada al acto ha sido increpado por un grupo de familiares de víctimas de la dictadura franquista.
El acusado por delitos como tortura u homicidio ha participado de un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, que le ha servido de lavado de cara. Ha aparecido la cuestión de la querella argentina y Martín Villa ha asegurado con ironía que "podría ser considerado responsable político, por supuesto, e incluso responsable penal de aquellas muertes". Y ha remachado: "Incluso pudo ser posible que yo, en un rato de locura, hubiera podido ser el autor material de aquellas muertes". Dicho todo esto, ha negado formar parte, como dice la querella argentina, de un "gobierno en la Transición española que urdió un plan sistemático, deliberado, generalizado y planificado para aterrorizar a los españoles partidarios de un gobierno democrático".
De esta manera, el exministro del Interior ha calificado su intento de procesamiento por parte de la justicia argentina por delitos de lesa humanidad como un "espectáculo kafkiano, montado desde aquí" y no un procedimiento judicial riguroso. Y ha querido dejar claro que siempre ha estado a disposición de la justicia española, a pesar de no estar obligado. Ha denunciado cómo ha prevalecido la "presunción de culpabilidad", en lugar de la presunción de inocencia.
Rodolfo Martín Villa ha defendido la Transición española, que ha descrito como "una de las mejores etapas de nuestra historia". Y ha rebatido que su "enemigo público" fue "el terrorismo". En este contexto, también ha cargado contra la futura ley de memoria democrática del Gobierno, que según él, en algunos puntos, "se parecen mucho a la imputación de la querella argentina". Ha criticado que pretenda "resumir la Transición diciendo que fue una continuidad de la dictadura o incluso que durante la Transición había planes de odio".
Todo esto llega un mes después de que la justicia argentina revocara la decisión de la jueza Maria Servini de procesar al exministro por presuntos delitos de lesa humanidad durante el franquismo. Sin embargo, consideró pertinente no archivar todavía la causa. En una resolución de la Sala Segunda de la Cámara Criminal y Correccional Federal de Argentina, el tribunal señalaba que no hay "pruebas directas o indirectas, indiciarias, variadas y/o unívocas compatibles".
En su defensa, en los últimos años, han salido los expresidentes españoles Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.