El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha asegurado que no formará parte de Centrem, la nueva marca política que impulsa la exsecretaria del PDeCAT Àngels Chacón, ni de ninguna otra formación: "Mi decisión es alejarme de los partidos y subrayar cada vez más mi perfil institucional como expresidente del país". "Mientras el PDeCat exista, seré militante, por coherencia con mi trayectoria de treinta años en CDC. Pero la decisión es no formar parte de ningún otro partido político en el futuro", ha afirmado en una entrevista en La Vanguardia este lunes.
También ha negado que vaya a presentarse a la alcaldía de Barcelona: "Otra cosa es que me gustaría mucho que Barcelona tuviera un aire diferente del que tiene. Lo deseo como ciudadano barcelonés que soy, pero eso no quiere decir implicarme como político". Además, ha mantenido que "la responsabilidad de la disgregación del mundo convergente no es solo" de los partidos que nacieron tras la disolución de Convergència, sino de todos los que participaron en él.
Preguntado por si la refundación de Convergència fue un fracaso, ha dicho que "es evidente que no salió bien, la realidad lo demuestra", y que una parte de quienes formaron parte de ella está en Junts, pero no toda, ante lo que ha lamentado la disgregación de este espacio. A su juicio, el centro político en Catalunya se ha disgregado también, y "las tres primeras fuerzas del Parlament, PSC, ERC y Junts, intentan hacerse con este espacio central, pero no lo logran".
Diálogo y licencias por edad
Mas se ha mostrado favorable al diálogo entre la Generalitat y el Gobierno, pero ha insistido en que "una cosa es eso y otra convertirse en un vendedor de humo o en un iluso pensando que solo porque hay una mesa de diálogo ya se abre un mundo nuevo que nos traerá una solución". En cuanto a la causa por los gastos por el proceso independentista ante el Tribunal de Cuentas, ha detallado que tiene el piso embargado desde hace cuatro años, y que "si no aceptan los avales de la Generalitat", cree que seguirá así tres años más.
Sobre las licencias por edad en el Parlament que permitían cobrar sin trabajar a funcionarios los últimos años antes de jubilarse, ha dicho que él no lo habría hecho, pero que "el contexto de cuando se hizo no tiene nada que ver con el actual, en que es algo que no se entiende y se rechaza". "Me tocó hacer exactamente lo contrario, en lugar de gratificar, disminuir las nóminas de los trabajadores de la Generalitat" desde 2011, ha añadido. Y ha sostenido que, a diferencia de la crisis actual, en la de entonces la Unión Europea apostó por no gastar, no endeudarse, reducir el gasto y subir los impuestos.