El 30 de noviembre es una fecha marcada en rojo en el calendario de ERC. El 15 de mayo, después de una larga y tensa ejecutiva, se anunció la intención de Oriol Junqueras de dimitir después de las elecciones europeas del 9 de junio y la celebración de un Congreso Nacional Extraordinario a finales de año. Ahora, sin embargo, con el partido dividido entre el sector del expresidente que quiere volver a recuperar los mandos de la formación que pasa por un momento muy delicado, y los partidarios de la renovación de los liderazgos entre los cuales la secretaria general y número 1 del partido en este largo período de interinidad desde la dimisión de Junqueras, la fecha ha puesto en entredicho.
Después de que Salvador Illa fuera investido president de la Generalitat con los votos de ERC y que, por lo tanto, quedara descartada una repetición electoral, afines en Junqueras han manifestado la necesidad de avanzar el Congreso Nacional del partido. Hay que tener en cuenta que en su caso, el nombre que proponen ya está definido y es conocido por todas partes mientras que en el caso de los partidarios de la renovación, el sector rovirista, este todavía es una incógnita que se tendría que revelar pronto, hecho que les sitúa en posición de desventaja si finalmente el congreso se adelantara.
Petición a la Comisión de Garantías
Después de que se hiciera público que un centenar de consellers nacionales del partido, que representan un tercio del total, han firmado una petición para avanzar el congreso, que todavía no se ha presentado oficialmente, este viernes cuatro militantes (entre los cuales Barrote Solé, exconseller de Acció Exterior, y Adrià Guevara, exdiputado en el Parlament) han anunciado que han pedido a la Comisión de Garantías un "informe sobre el cumplimiento estatutario de la fecha del Congreso Nacional". En un mensaje en las redes, insisten en que "sin ningún proceso electoral en marcha, hay que adaptar los plazos a los estatutos". Aparte de Solé y Guevara también han presentado esta petición ante la Comisión de Garantías Ares Tubau, asesora de ERC en la Diputació de Barcelona, y la portavoz de ERC en el Ayuntamiento de Viladecans, Bàrbara Lligadas.
¿Qué dicen los estatutos?
Según los estatutos del partido, la convocatoria del Congreso se puede aplazar "por acuerdo de la Ejecutiva Nacional, hasta un plazo máximo de seis meses cuando tenga que coincidir con un proceso electoral". Es por eso que estos militantes reclaman adelantarlo ahora que se ha descartado una repetición electoral. Los estatutos también recogen que un Congreso Nacional extraordinario se celebrarán, entre otros casos, cuando haya una "dimisión o baja de militancia de la presidencia del partido", como ha estado este caso, añadiendo que "se tiene que convocar dentro del plazo de dos meses a partir de la fecha en que se haya tomado el acuerdo o en que la Ejecutiva Nacional haya recibido la petición de convocarlo".
Las voces contrarías al adelanto del congreso, en cambio, manifiestan que eso iría en contra de celebrar un congreso plural y sereno en uno de los momentos más complicados por el partido, no solo electoralmente con importantes porrazos, sino también por la división interna y la crisis de los carteles de los hermanos Margall. También reprochan a Junqueras que él mismo formó parte de la Ejecutiva en que se pactó la fecha. En este sentido, una de las voces más contundentes ha sido la del alcalde de Alcanar, Joan Roig que acusa al expresidente de ir con prisa para "amputar la alternativa" y de un "egocentrismo desbordante".