“Una secesión es una amputación terrible y dolorosa”, aseguró este fin de semana el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el congreso del PP. Como respuesta a las palabras de Rajoy, este lunes, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, ha calificado la independencia de Catalunya de una “emancipación dulce y liberadora”.
Las palabras del expresidente han tenido lugar en el coloquio “Las urnas a juicio” celebrado en el Ateneu Barcelonès una semana después del inicio del juicio contra Artur Mas y las exconselleres Irene Rigau y Joana Ortega por el 9-N. En el debate también ha participado, entre otros, el líder del PDeCat en el Congreso, Francesc Homs, que será juzgado el 27 de febrero por el Tribunal Supremo (TS) por el mismo proceso participativo.
En referencia al juicio celebrado la semana pasada, Mas ha asegurado que este no debería poner trabas al referéndum de independencia, anunciado por la Generalitat para septiembre de este año. Según defiende Mas, el juicio manda un claro mensaje a Catalunya -“Quien desafía al Estado la paga”- pero que este no debe tumbar al proceso soberanista mientras haya una mayoría social que lo defienda. Para ello, Mas ha recomendado tener una convicción fuerte, un objetivo claro y jugar la partida para “ganar”.
“Solo el hecho de votar la independencia clara y masiva ya es ganar. Si además gana el ‘sí’, la fiesta será grande”, ha dicho en referencia al referéndum. Pese a las palabras de optimismo, el expresidente ha aprovechado la ocasión para cargar contra la CUP – a quien no ha citado explícitamente- , asegurando que hay una “pequeña enfermedad” entre los partidarios de la independencia, ya que, en lugar de mostrar unidad, algunos sectores se cuestionan la firmeza de las convicciones independentistas de otros grupos. La semana pasada los anticapitalistas cuestionaron la estrategia de defensa de Mas por considerar que el expresidente debería haber admitido que desobedeció “una norma injusta” en lugar de asegurar, como así hizo, que no incumplió ninguna ley.
El expresidente, por su parte, ha tenido alusiones irónicas al juicio de la semana pasada, asegurando que “fue muy gratificante, un espectáculo sin pagar entrada”. Mas ha señalado que, tal y como ha demostrado el juicio contra su persona, el Estado presentará batalla para dirimir el proceso. Ante esto, Catalunya solo tendrá dos armas: la unidad de los soberanistas y la capacidad de tener una “movilización sostenida” en defensa del proyecto independentista.