El president Artur Mas confiesa que sufrió mucho con la ruptura de su partido. Habla del dolor que sintió con las grietas internas, a nivel de su formación, pero también externas, con los partidos independentistas actuales: "Uno de los objetivos por los que me marcho en el 2016 es para que no se parta ningún tipo de unidad. Si hubiera pensado que eso habría podido pasar, no sé qué haría entonces. No tenía ni la más mínima intención. Sobre todo con respecto a la ruptura a la interna lo he vivido muy mal cuando eso no había pasado en 40 años", en declaraciones en el FAQS de TV3.
Mas huye de polémicas y ve diferentes factores como los culpables: "Hay muchos responsables al mismo tiempo, una manera de hacer las cosas, unas condiciones objetivas como es la represión, la falta de unidad estratégica entre los socios nacionalistas, que lo único que hacen es engordar al adversario y debilitarnos...". Pero volviendo al pasado, el president reitera que si propuso "Carles Puigdemont es para que el procés soberanista no se rompiera, tampoco el partido, y dar un mensaje importante a la ciudadanía". Es evidente que no consiguió todos los objetivos que se propuso. Por otra parte, valla filas con el president Puigdemont y asegura que mantienen una relación: "Nos hemos enviado algunos mensajes en los últimos días. La última vez que pude estar y verlo fue antes del verano". Mas confiesa que prefiere mirarse a los ojos y verse con "seguridad" un par a veces el año desde Waterloo.
Además, justifica que la fina línea entre omitir la información y mentir es muy fina y cuando toca evaluar su papel, así intenta explicarlo: "No se ha mentido de una manera obscena y voluntaria, ahora si me dice que se han exagerado ciertas cosas y en algún momento no hubo una dosis de realismo suficiente, me lo aplico a mí mismo". A la vez, admite que muchos condicionantes lo llevaron a reaccionar así: "No le puedo negar, cuando yo presionado por los socios de gobierno dije en dieciocho meses tenemos que estar preparados para dar el paso a la independencia, no fue una mentira pero sí un error. Me podía haber cuadrado más y reafirmado en lo que yo pensaba".
Y poniendo la mirada en la actualidad, lo hace extensivo a los presupuestos y la mesa de diálogo: "Y eso vale para todo también, por la financiación o el aeropuerto". De hecho, asegura que le consta que Junts quería ir a la mesa pero el resultado "no es bueno" porque, volviendo al inicio de sus reflexiones, supone "una imagen de división dentro del mundo soberanista". Por eso lamenta "no haber sido capaces de llegar a un acuerdo conjunto, un esfuerzo y presentarse al interlocutor, en este caso el español, como un bloque".
Mas recuerda que esta es "una de las fortalezas y al mismo tiempo debilidades" del independentismo. Y en el famoso mientras tanto, mientras no alcanzan el objetivo soberanista, Mas exige "la obligación de mejorar las condiciones de vida y de forma desacomplejada". Y recuerda que los presupuestos estatales se cerrarán ya y el margen de maniobra está en los próximos ocho meses, con la mirada a un 2023 con unas elecciones "a las Cortes, municipales y en muchas autonomías". Y de allí, no descarta que pueda salir una Moncloa habitada por PP y Vox por eso advierte que ahora "es el momento".