El de Màxim Huerta fue el último nombre de todos los que integran el gobierno de Pedro Sánchez que se hizo público. Ha sido el ministro más polémico —tan pronto como se supo su nombre como responsable de Cultura lo empezaron a perseguir los tuits insultantes que ha publicado los últimos años—. Y, sobre todo, ha resultado el más breve. No sólo del Gobierno Sánchez, sino de los gobiernos de la Democracia.
El ministro de Cultura tomó posesión ante el Rey con el resto de miembros del gabinete del PSOE el jueves pasado en el palacio de la Zarzuela. Por lo tanto, a duras penas ha ocupado el cargo durante siete días.
Precisamente con el último gabinete de Mariano Rajoy se había marchado del ejecutivo español uno de los ministros más breves de la historia de la democracia, Román Escolano, que, después de sustituir a Luis de Guindos en Economía, sólo ocupó 85 días el cargo.
Esta brevedad provocó investigaciones periodísticas y chapuzones en las hemerotecas de diferentes medios que concluyeron que, entre los gobiernos de la democracia constituidos en circunstancias normales, es decir, que no eran mandatos en funciones o en sustitución puntual de otros ministros, sólo había superado en Escolano en brevedad José Luis García Ferrero, ministro de Agricultura con Leopoldo Calvo-Sotelo, que ocupó 82 días el ministerio, la mayor parte de los cuales en funciones.
No se puede negar, no obstante, que a pesar de la brevedad, el mandato de Huerta ha sido tremendamente intenso. Sus intervenciones televisivas y, sobre todo, sus tuits han generado una ruidosa y constante polémica que lo ha acompañado desde el mismo momento en que se anunció su nombre. Tuits contra el independentismo, tuits machistas, tuits racistas... Incluso contra el deporte, curiosamente una de las carpetas que incluye el ministerio para el cual fue nombrado.
Umberto Eco: "odio a los deportistas". Yo, el deporte. Que manera de sobrevalorar lo físico! Ozu
— màximhuerta (@maximhuerta) 26 de abril de 2010
Los últimos días las muestras de entusiasmo deportivo han inundado su cuenta de Twitter. Ha resultado, sin embargo, un esfuerzo inútil, dado que finalmente lo que ha provocado su caída ha sido el fraude a Hacienda en los ejercicios 2006, 2007 y 2008, cuando era el segundo de Ana Rosa Quintana a El programa de Ana Rosa de Telecinco. Tan pronto El Confidencial ha revelado esta mañana la noticia, la polémica ha resultado demasiado grande.