Carlos Mazón ha cambiado de estrategia y en una huida hacia adelante, ha decidido culpar en el Gobierno central del fracaso de su gestión, cuando en las horas iniciales lo elogió públicamente por su rapidez y cooperación en la respuesta a los estragos de la DANA, que se ha cobrado 211 vidas solo en el País Valencià. Pero su posicionamiento contrasta con el que ha mantenido desde el primer momento su partido, el PP, con un Alberto Núñez Feijóo que ha reclamado a Pedro Sánchez que cogiera el volante de la crisis, aunque eso supusiera sacarle las competencias a Mazón. Si sottovoce el PP reconocía que el presidente valenciano "está superado", también hay las voces que llegan de sus propios compañeros de partido, que no se esconden. Son mayoría los barones que callan, pero también hay quien lo cuestionan en público. Isabel Díaz Ayuso se escuda detrás de las lágrimas y el dolor para evitar dar una respuesta de apoyo a Mazón y otros presidentes autonómicos del PP han secundado la posición de Feijóo de sacar al presidente valenciano del mando de la crisis. Ni un solo dirigente o barón importante del PP ha dado apoyo públicamente a Mazón.
Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León, es uno de los barones que ha insinuado públicamente que Mazón debe apartarse, si bien no directamente, sí opinando que el gobierno del País Valencià no tendría que estar al frente de la crisis. "Estamos ante una situación de emergencia nacional. Tiene que estar al frente el Gobierno de España", dijo este lunes, según recoge ElDiario.es. También otro barón popular de peso, el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, opinó anteriormente que ante "la emergencia de interés nacional", tiene que ser el gobierno de Pedro Sánchez quien asuma el mando a través de la declaración de emergencia nacional, el que el presidente del gobierno, por otra parte, se resiste a hacer. Moreno Bonilla se mostró abiertamente partidario de qué el ministro del interior, Fernando Grande-Marlaska, fuera quien asumiera el mando operativo de la crisis, tal como establece la ley si se declara la emergencia nacional.
Distanciamiento y silencio estratégico
En la cúpula del PP se considera que Mazón está en situación de "cierto deterioro" político y en Génova empieza a imponerse la sensación de que el presidente valenciano está políticamente muy tocado. La estrategia del partido de la oposición pasa por un distanciamiento generalizado, al margen de las declaraciones públicas de Mañuenco y Moreno, que se han mojado pidiendo que Mazón deje el mando de la crisis. El resto de los presidentes autonómicos del PP han evitado dar apoyo públicamente a Mazón o defender su gestión de la crisis, ni tampoco han secundado las últimas explicaciones que ha dado el presidente valenciano culpando al gobierno, en la AEMET y la UME de no haberle dado suficiente información y no haber respondido a su petición de ayuda con suficiente celeridad. El silencio estratégico de otros pesos pesados del partido, como Díaz Ayuso, que han rehusado hacer declaraciones sobre esta cuestión, también se considera significativo. En privado, sin embargo, hay críticas internas hacia la gestión de Mazón, y existe inquietud en el partido sobre como la gestión del presidente valenciano puede afectar a la imagen del PP a escala estatal.
¿Cómo puede afectar a la imagen de Feijóo?
También la imagen de Núñez Feijóo puede verse perjudicada por sus posiciones ante esta tragedia histórica que, más allá de sus terribles consecuencias por las pérdidas de vidas humanas y que obligará a afrontar la reconstrucción mayor de la historia moderna del Estado, también puede tener repercusiones políticas, tanto con respecto al País Valencià como a escala española. Desde la percepción de oportunismo que inicialmente tuvieron las reacciones iniciales de Feijóo como un intento de capitalizar políticamente la tragedia, que puede afectar negativamente a su imagen, hasta el intento de utilizar la crisis para atizar la confrontación con el Gobierno de Sánchez, aunque esta estrategia no parece haber estado bien recibida por todos los sectores de su partido.