Los dos principales activos del independentismo en Madrid, Gabriel Rufián y Laura Borràs, han vuelto a poner cara -y voz- a las discrepancias evidentes entre Junts per Catalunya y Esquerra Republicana sobre la necesidad o no de exigir la presencia de un mediador para que la mesa entre gobiernos empiece a caminar. Ambos han hablado desde el Congreso de los Diputados.
Primero ha sido Borràs, que en la línea del president Torra, ha advertido que "el relator no es una cuestión de JxCat" sino que "es una obligación". La exconsellera ha recordado que "el Gobierno ya lo había aceptado cuando se levantó de la mesa de diálogo" y ha puesto el foco en la votación de hace dos semanas en el Parlament, en que la mayoría independentista aprobó que "a raíz de los antecedentes y para dotar de garantías el diálogo se requiere de una mediación internacional". La líder de JxCat en Madrid ha concluido que la incorporación "de un tercero" que vigile el cumplimiento de los acuerdos "no es un obstáculo sino un deber".
En cambio, en nombre de los republicanos, Rufián ha seguido el relato marcado por la dirección los últimos días. "Sería contraproducente poner más presión a una mesa que ya de por si -y por razones obvias- tendrá mucha presión". El jefe de filas de ERC en el Congreso ha evitado polemizar con Borràs y ha expresado "todo el respeto al espacio convergente y su debate interno". Al mismo tiempo, ha llamado a la esperanza. "Me quedo con que salga bien y dejemos atrás la etapa oscura donde las ideas se perseguían judicialmente".
En lo que sí que han coincidido los dos es en confiar que la primera reunión del espacio de diálogo entre la Generalitat y el Estado para abordar el conflicto político se celebre, como se comprometieron Torra y Sánchez, antes de que acabe febrero.