El ministro portavoz del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, ha afirmado al día siguiente del referéndum que los Mossos d'Esquadra "se pusieron de perfil" ante la movilización ciudadana. Así, asegura que si la Unión Europea reconoce una declaración de independencia, se metería en un "lío de primera magnitud".
Méndez de Vigo se ha pronunciado este martes en La Ser después de la jornada de ayer, en la que los votos y los heridos fueron los protagonistas. Sobre la actuación policial, el ministro ha asegurado que "todos lamentamos profundamente" los hechos, si bien ha reconocido que en situaciones así "desgraciadamente, pueden producirse". En este sentido, asegura que si no se hubiera actuado así, "probablemente habrían dicho que hemos cometido una vejación de nuestras obligaciones".
El portavoz del gobierno español no ha querido pasar por alto la actuación de los Mossos, de los que ha dicho que "en algunos casos se pusieron de perfil". Sin embargo, no ha querido alargarse en el tema ya que asegura que le corresponde a la jueza analizar y determinar cuál fue el papel de la policía catalana.
Con respecto al día siguiente del 1-O, Méndez de Vigo se ha mostrado convencido de que la Unión Europea no reconocerá una Catalunya independiente, porque si lo hiciera se metería en un "lío de primera magnitud". Si a pesar de eso el gobierno catalán consuma la DUI, el portavoz del gobierno español asegura que su Ejecutivo "actuará", ya que "los gobiernos tienen que estar con el Estado de derecho y reaccionar".
Con todo, Méndez de Vigo no se ha mostrado sorprendido de que la DUI sea el objetivo del gobierno catalán. "Es el plan de Puigdemont", asegura, que dice que empezó los días 6 y 7 en el Parlament con un "pseudo-debate" y que ayer el referéndum fue el segundo acto de dicha estrategia.
Así, Méndez de Vigo aspira a que el "diálogo" vuelva, pero reitera que "antes hay que volver a la normalidad institucional". "El diálogo requiere que las dos partes estén dispuestas a ceder", ha asegurado, y sentencia que esto es imposible si el gobierno Puigdemont continúa instalado en la "desobediencia".