Desde el mismo día que huyó de España por las investigaciones de la justicia, la gran pregunta sobre Juan Carlos I ha sido cuando vuelva al Estado donde reinó durante casi 40 años. Aunque durante muchos meses se ha insistido en que esta era la principal obsesión del emérito, que ha ido tirando mensajes a través de sus amigos a los medios de comunicación sobre como de mucho encontraba a faltar España y las ganas que tenía volver, después del anuncio del archivamiento de las investigaciones todo cambió. Aunque en un principio parecía que eso allanaría su deseado retorno, envió una carta a su hijo Felipe VI anunciando que seguiría viviendo en Abu Dabi, y que cuando volviera a España de visita no se alojaría en una residencia oficial, uno de los quebraderos de cabeza principales del actual monarca, que casi no mantiene relación con su padre. Ahora, sin embargo, El Confidencial informa que desde la Moncloa, que vieron el contenido de esta carta totalmente insuficiente, han puesto una condición muy concreta para que Juan Carlos vuelva a pisar España: un mensaje de disculpas dirigido al conjunto de la ciudadanía.

Para mucha gente, especialmente las generaciones más jóvenes, las palabras más recordadas del emérito son aquel "lo siento mucho, me he equivocado y no volverá en ocurrir", que pronunció en un vídeo grabado en abril de 2012 después de recibir el alta hospitalaria. Había estado cinco días ingresado por una fractura de cadera después de un accidente en la famosa cacería de elefantes en Botsuana. Era la primera vez que un rey reconocía su error y pedía perdón, a su manera, a los españoles por un comportamiento inadecuado y fue también el principio del fin de su reinado. Era uno de los peores momentos de la crisis económica y el monarca se había ido a cazar elefantes, algo que muchos ciudadanos no entendieron. Ahora, diez años después, el gobierno de Pedro Sánchez podría pedir un gesto similar a Juan Carlos como paso previo a su retorno, aunque sea de visita.

La posición de Pedro Sánchez

Desde el momento en que la Casa Real hizo pública la carta de Juan Carlos en Felipe, Pedro Sánchez ha mantenido el mismo discurso: es insuficiente. El 8 de marzo, en una conversación informal con periodistas durante el viaje a Letonia en plena guerra de Ucrania, explicó que tuvo conocimiento del "sentido" de la carta de Juan Carlos I en Felipe VI el mismo día en que se publicó, aun que no del "contenido" de esta. "Hice acuse de recibo. Lo que no es de recibo son las informaciones que hemos ido conociendo, que recogen el informe de la Fiscalía y que son decepcionantes," afirmó Sánchez, reiterando el mismo mensaje que ahora vuelve a reclamar: "Le debe unas explicaciones a los españoles". Con todo, posteriormente se supo que la carta que supuestamente escribió Juan Carlos, en realidad se había dictado desde la Zarzuela con el conocimiento del Gobierno.

No es un mensaje de Navidad

Ahora, El Confidencial asegura que desde Moncloa plantean que el emérito se tendría que dirigir al conjunto de los españoles y tirar "un mensaje claro". Hace falta tener en cuenta que ayer jueves, Juan Carlos recibió una vez dura que no se esperaba: la justicia británica le ha dado la razón a su examante Corinna y niega que pueda disfrutar de inmunidad para ganar la demanda que esta ha interpuesto contra él. El pasado mes de julio, ella presentó una denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales, el High Court de Londres, contra el emérito y los servicios secretos españoles, a los cuales acusa de ponerla bajo "vigilancia ilegal" en el Reino Unido. Corinna le reclama una indemnización por el tratamiento médico al cual se tuvo que someter después de romper su relación.

Este discurso, aseguran fuentes próximas de Pedro Sánchez al medio digital, tiene que formar parte de la estrategia de fortalecer la figura del actual monarca, Felipe VI, que desde el PSOE siempre han defendido. La idea sería que Juan Carlos se dirigiera directamente a los españoles para mostrar su arrepentimiento, no como el tradicional discurso de Navidad que Juan Carlos I pronunció hasta el año de su abdicación, sino algo que recuerde más al discurso post -acería. Es decir, más "lo siento mucho, me he equivocado y no volverá en ocurrir" y menos "me llena de orgullo y satisfacción".