El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha asegurado esta noche en el tradicional mensaje de Fin de Año, que 2017 "será un año clave para el futuro de Catalunya" porque se celebrará el referéndum y se aplicará el resultado que den las urnas.
En un mensaje claro y sin ambigüedades, Puigdemont ha asegurado que el próximo año, "los catalanes decidiremos libremente nuestro futuro en un referéndum legal y vinculante" que "el Govern y el Parlament tendrán que aplicar sin dilaciones ni excusas" el resultado.
Además, el president ha afirmado que este referéndum "será legal", porque "se convocará de acuerdo con el mandato de las leyes", y, "será vinculante", porque el resultado que decidan los ciudadanos de Catalunya se aplicará.
El discurso, pronunciado desde el Saló Verge de Montserrat del Palau de la Generalitat, ha servido también para que Puigdemont recuerde que el objetivo de la legislatura de "llevar el país de la post-autonomía a la pre-independencia" es "un mandato que surge de las elecciones del 27 de septiembre de 2015". Por eso ha querido subrayar que el Govern "lo está cumpliendo fielmente", porque "se espera que el Govern cumpla su compromiso y busque la manera más acertada de poder hacerlo".
Diálogo y mano tendida
Además, durante su alocución, el jefe del Ejecutivo ha insistido en que el Govern ha hecho del diálogo "su instrumento para trabajar desde el primer día, tanto con la oposición al Parlament como con el Gobierno del Estado" para añadir que "todavía no hemos recibido respuesta a la mano tendida para pactarlo desde el Gobierno español", aunque él mismo expuso la oferta de diálogo durante el debate de la cuestión de confianza y después lo reiteró en una conferencia en Madrid. Con todo, ha insistido en que el Govern de la Generalitat "seguirá teniendo la mano tendida siempre, pero desde el compromiso y la fidelidad a nuestros principios".
Además, para demostrar que el Ejecutivo "ha sabido tejer consensos amplios en Catalunya en torno al referéndum", ha puesto como ejemplo la cumbre que se celebró la semana pasada en el Parlament con agentes políticos, económicos, sociales e institucionales para analizar la situación política y social que tiene que permitir convocarlo, y se ha lamentado de la falta de diálogo por parte del Estado.
Las personas, el centro de la acción del Govern
En este contexto, Puigdemont ha asegurado que el Ejecutivo que preside trabaja con una "voluntad decidida de eficacia, con compromiso y sensibilidad social" y con el objetivo de "mejorar las condiciones de vida todos los catalanes sin excepción". "Porque las personas, piensen lo que piensen, sean de donde sean, son el centro de nuestra acción de gobierno", ha añadido.
En su mensaje a los ciudadanos, el president se ha mostrado partidario de un país "a la vanguardia de los cambios", pero ha avisado de que será necesario que se conviertan también en "motivo de equidad y de inclusión social". Y en este sentido ha apelado tanto a las instituciones catalanas como a las europeas para "afrontar decididamente las políticas que permitan garantizar el bienestar de todos el ciudadanos" a fin de que "nadie se quede atrás".
Asimismo, el president ha aprovechado para poner de relieve el crecimiento económico y la creación de empleo que Catalunya ha experimentado durante el 2016 y se ha mostrado confiado en que las previsiones de cara al próximo año van encaminadas a "recuperar los niveles de antes de la crisis y recorrer el camino del progreso económico y social". Y, en este mismo sentido, ha situado el potencial en el campo de la "revolución tecnológica" que se está trasladando a todos los ámbitos de la vida y que tiene que servir para que "la industria, las pymes, los emprendedores y los autónomos" se puedan beneficiar de ello.
Valentía y coraje
Después de hacer notar los aspectos positivos que comporta la globalización, como el crecimiento económico, el conocimiento y los avances científicos, el president ha reconocido que a nivel mundial también hay "déficits importantes" en relación con la paz, la seguridad y los derechos humanos. "El ascenso de los populismos, la persecución de libertades fundamentales en democracia, como la libertad de expresión, la persistencia de los conflictos armados y las crisis humanitarias que se derivan de ello, siguen siendo asignaturas pendientes que la humanidad tiene que afrontar", ha dicho. Por eso, ha hecho un llamamiento a "la valentía y el coraje" para encararlos "sin caer en la receta fácil de la demagogia".
Finalmente, el president ha cerrado su intervención, haciendo referencia al reconocimiento de Catalunya como nación en el marco de una Europa que ha asegurado "queremos más unida, más segura y más democrática".