La canciller alemana, Angela Merkel, ha dejado en evidencia al presidente español, Pedro Sánchez, y ha aprobado un paquete de 89 medidas para combatir la extrema derecha. En España no se ha hecho nunca un planteamiento similar, ni durante las etapas de gobiernos socialistas.
Las medidas, que han sido elaboradas por varios ministerios en colaboración con representantes de la sociedad civil alemana, se inscriben en el concepto de "democracia defensiva o militante". Se aplicarán de forma inmediata, según ha informado la ministra de Justicia, Christine Lambrecht.
Estas son las principales medidas:
- Más prevención de las actitudes de ultraderecha
- Leyes con penas más estrictas
- Más asistencia a los afectados por ataques de ultraderecha
- Elaboración de una ley de promoción de la democracia. Incluirá financiación para proyectos contra el extremismo
- Las "listas de enemigos" que elaboran algunas formaciones ultras serán delito penal
- Implantación de un nuevo delito por antisemitismo o racismo, que irá más allá del delito de odio
- Inversión de más de 1.000 millones contra el racismo en cuatro años
El comisionado del gobierno alemán para este tema, Edgar Franke, ha advertido que la crisis del coronavirus no se puede convertir "en una crisis de la democracia". Y ha insistido en que la extrema derecha está haciendo ahora "demasiado ruido" en estas cuestiones, cuando representa "una pequeña minoría".
Merkel decidió sacar adelante las medidas después de un ataque racista en la localidad de Hanau, cerca de Frankfurt, el pasado mes de febrero, que provocó 11 muertos. Las víctimas eran mayoritariamente inmigrantes kurdos. El autor de la masacre fue un ultra.
A diferencia de España, en Alemania está prohibida toda simbología relacionada con el nazismo, así como hacer el saludo con la mano alzada. Tampoco está permitida ninguna entidad similar a la Fundación Francisco Franco. La extrema derecha alemana se ha ido focalizando, como en otros puntos de Europa, en la inmigración.