Se ha hecho esperar muchos días, pero por fin hay noticia a explicar: "Voy a ir". Las palabras son del presidente español Pedro Sánchez y hacía referencia a la reunión de la mesa de diálogo que había comprometido con el president Pere Aragonès para la tercera semana de septiembre en Barcelona. Y también se ha resuelto la otra incógnita, la de la fecha: se reunirá este miércoles por la tarde. Se celebrará finalmente en miércoles para poder compaginar la petición de Aragonès para que fuera con la agenda internacional que tiene el dirigente socialista.

Así pues, hay reunión de la mesa de diálogo esta semana y hay Pedro Sánchez. Pero queda en el aire el grado de participación del presidente español. Según ha informado él mismo, se reunirá con Pere Aragonès previamente a la mesa de diálogo y después "se verá con ambas delegaciones". Según fuentes de Sant Jaume, este encuentro de presidentes "servirá para situar los objetivos y la metodología de la mesa para la resolución del conflicto político". A continuación, lo harán los gobiernos.

Por parte del Gobierno, ya hay alineación confirmada: la vicepresidenta Yolanda Díaz, el ministro de la Presidencia Félix Bolaños, la de Política Territorial Isabel Rodríguez, la de Transportes Raquel Sánchez y el de Universidades Manuel Castells. Por lo tanto, estarán los tres ministros catalanes. Falta para confirmar la delegación de la Generalitat, que lo anunciará "en las próximas horas".

"Yo siempre he defendido el diálogo entre catalanes, la necesidad de abrir un nuevo tiempo, de reencontrarnos, de volver a aquel punto donde dejamos de escucharnos", ha asegurado el presidente del Gobierno para justificar su presencia el miércoles en Barcelona. Y ha deseado que, con este encuentro, se avance en el diálogo y el "reencuentro". Ha insistido en que la suya es la apuesta más acertada, visto en perspectiva: "Hoy la situación es diametralmente diferente y mucho más estable de la que nos encontramos. Recordamos que Barcelona estaba en llamas".

Ante las diferencias con el Gobierno, Sánchez ha reiterado que hay que empezar por aquellas cuestiones que nos podemos entender". Por eso ha puesto encima de la mesa su "agenda del reencuentro", que incluye peticiones que han hecho a los presidents Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra. Todas menos el referéndum, que "se encuentra fuera de la Constitución", y que, además, "no es el que necesita Catalunya ahora mismo". Ha tirado pelotas fuera cuando le han preguntado por el artículo 92 de la Constitución que permite referéndums consultivos, y ha avalado votar el "pacto" que salga de la mesa de diálogo, como contemplaba el acuerdo original para su creación. En cualquier caso, ha avisado de que, con posiciones de máximos, "durará poco".

La primera y única reunión de la mesa de diálogo tuvo lugar antes de la pandemia, en febrero de 2020. Desde entonces, hace un año y medio, todo ha cambiado mucho, empezando por los dos gobiernos. De la banda catalana, después de la inhabilitación del presidente Quim Torra y las elecciones del 14-F, la presidencia ha cambiado de color, en manos de Pere Aragonès, así como la mayoría de consellers. También han cambiado las cosas en Madrid. Antes del verano, Pedro Sánchez llevó a cabo una gran remodelación de gobierno, con la aparición de nuevas figuras, como la exalcaldesa de Gavà Raquel Sánchez, y la degradación de otros perfiles, como Miquel Iceta, que ha pasado de ministro de Política Territorial a titular de Cultura y Deporte. Lo que no han cambiado son las líneas rojas y los vetos.

La CUP avisa

Mientras el Govern de Pere Aragonès se prepara para la reunión de la mesa de diálogo de esta semana, la CUP está unas cuantas pantallas más adelantada. Los anticapitalistas siguen advirtiendo que este órgano de negociación bilateral no servirá para resolver el conflicto político que vive Catalunya. "La gente pide soberanía, no autonomía," ha sintetizado la diputada Mireia Vehí. Por eso ha reclamado al Govern de la Generalitat que, en la misma línea que Escocia, "se prepare para hacer un referéndum en 2023".