La Mesa de edad del Parlament, con mayoría independentista, ha decidido aceptar la delegación de voto de los dos diputados de Junts+ en el exilio, Carles Puigdemont y Lluís Puig. La decisión ha sido validada por su presidente, Agustí Colomines (Junts+), y la secretaria de ERC, Mar Besses; mientras que la otra secretaria del órgano rector, Júlia Calvet, ha votado en contra. Antes de iniciar la votación para elegir al nuevo president de la cámara catalana, Colomines ha anunciado que aceptaban la solicitud de Puigdemont y Puig de delegar su voto en el diputado Albert Batet ante “las circunstancias actuales que los incapacitan” para asistir presencialmente al hemiciclo. De esta manera, Colomines y Besses desafían la sentencia del Tribunal Constitucional de la semana pasada, que declaraba nulo el voto telemático que se permitió la legislatura pasada al diputado Lluís Puig. Además de aceptar estas delegaciones de voto, la Mesa d'Edat también ha admitido a trámite la petición de Ruben Wagensberg, exiliado en Suiza, en la misma línea: en su caso, es por una baja médica de larga duración y Marta Vilalta votará en su nombre.
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Antes de anunciar esta decisión, tanto el Partido Popular como Vox han pedido la palabra para expresar su rechazo a la decisión de la Mesa d'Edat dada la jurisprudencia del TC. De hecho, el presidente del PP, Alejandro Fernández, ha aprovechado para anunciar que su grupo presentará un recurso de amparo ante el Constitucional contra la admisión a trámite de la delegación de voto de Carles Puigdemont y Lluís Puig. Por su parte, el PSC no ha hecho ningún pronunciamiento al respecto, aunque la sentencia de la semana anterior era en respuesta a un recurso que los socialistas habían presentado contra la modalidad de voto de Puig en abril de 2023.
Por su parte, quien era portavoz de Vox la anterior legislatura, Joan Garriga, ha sostenido que no se podía admitir la delegación de voto de los dos parlamentarios juntaires en el exilio porque el artículo 95 establece que solo se puede aceptar por “el embarazo” de una mujer o por “una enfermedad de larga duración”: “En ninguno de sus casos está acreditada alguna de estas situaciones”. Garriga le ha pedido a Colomines hacer una Junta de Portavoces para “reconsiderar” la decisión, pero el presidente de la Mesa d'edat le ha tenido que recordar que no se puede convocar este órgano porque todavía no están constituidos los grupos parlamentarios ni hay portavoces nombrados. Más tarde, Joan Garriga ha anunciado que pondrá una querella por prevaricación y desobediencia contra Agustí Colomines y Mar Besses.
Tensión entre Alejandro Fernández y Agustí Colomines
Además de alertar contra esta delegación de voto, Alejandro Fernández también ha querido pedir la palabra por una “cuestión de orden” y por “observancia del reglamento” del Parlament. El popular se ha quejado del discurso del presidente de la Mesa de edad, Agustí Colomines, para aportar “parcialidad” al debate: “No tiene una posición nada representativa, su único mérito es aleatorio, que es ser el diputado mayor del Parlamento. No hay ningún elemento representativo que le permita hablar en estos términos”. Al mismo tiempo, ha querido ironizar con la “revolución” que ha defendido Agustí Colomines: “Si tienen que esperar 43 años para hacerla, es que la revolución va lenta”.