El PP lo ha vuelto a hacer. Ha convocado una nueva movilización anticatalanista, esta vez para protestar contra un posible pacto entre el PSOE y el independentismo por una ley de amnistía. Es la enésima vez que un reclamo de la ciudadanía catalana se acaba traduciendo en miles de simpatizantes del PP en las calles agitando la bandera española. Y Alberto Núñez Feijóo ha comprobado también esta semana como el alma más ultra de los populares —la de José María Aznar e Isabel Díaz Ayuso— puede empujar al PP a tener que convocar una manifestación en menos de 24 horas para satisfacer los sectores más extremistas de la derecha española.
Ya lo hizo el PP en 2006, que de la mano de Mariano Rajoy —en aquel momento lideraba el partido en la oposición— inauguró una ruta por España de mesas petitorias en contra del Estatut. A aquella cruzada se sumaron catalanes populares como Jorge Fernández Díaz, Josep Piqué y Alicia Sánchez-Camacho; además del catalán Jorge Moragas, que fue jefe de gabinete del presidente del Gobierno durante casi toda la etapa que Mariano Rajoy estuvo en la Moncloa. Sus servicios prestados acabaron justo después de la celebración del referéndum del 1-O.
La primera parada que hizo Rajoy en aquella campaña contraria al Estatuto fue en Cádiz, en honor a la ciudad donde se redactó la primera Constitución española. Mira por dónde, aquella carta magna aseguraba que la "nación española" es "la reunión de todos los españoles, de ambos hemisferios,", y a medida que pasaron los años España acabó perdiendo todos los territorios del continente americano; precisamente Rajoy ha sido el presidente español que ha estado más a punto de perder Catalunya de sus manos.
Sea como sea, el entonces líder del PP acabó presentando ante el Congreso de los Diputados cuatro millones de firmas españolistas contra Catalunya, para pedir que la cámara baja instara al Gobierno a celebrar un referéndum contrario al Estatut en todo el Estado. Su sucesor en la capitanía del partido, Pablo Casado, intentó copiarlo más de diez años después, en este caso por la concesión de indultos a los presos políticos. Segundas partes nunca fueron buenas: el partido se hizo atrás al cabo de dos semanas, cuando solo habían conseguido reunir 300.000 firmas.
El 'trifachito' o la foto de Colón
Sí que fue más exitosa —pero lejos de conseguir ningún triunfo— la inolvidable manifestación del 'trifachito' en plaza Colón de Madrid. Y todo simplemente por querer introducir a un relator en la mesa de diálogo entre la Moncloa de Pedro Sánchez y la Generalitat de Quim Torra. Un mar de rojigualdas se situó bajo la bandera española más grande del mundo: la que hay en la plaza madrileña que homenajea al hombre que descubrió América.
Es bien posible que a Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal les saliera algún morado por los codazos que se dieron con el fin de coger el mejor sitio en la foto conjunta que se hicieron al frente de aquella concentración. Por mucho que la movilización fuera convocada solo por el PP y por Ciudadanos, la manifestación fue protagonizada por los tres partidos que en aquel momento se repartían el pastel de la derecha española. Los organizadores hincharon la cifra de asistentes hasta los 200.000, y la delegación del Gobierno lo rebajó a 45.000.
No había habido ningún acuerdo de ningún tipo entre la Generalitat y la Moncloa, en términos de solucionar el conflicto político; solo se había manifestado la voluntad de dialogar. Pero el PP habló "de humillación del Estado sin precedentes" y de "concesiones" a los "chantajes" del independentismo por parte del Gobierno, además de criticar la "deriva suicida" del ejecutivo entonces ya presidido por Pedro Sánchez.
Manifestación ultra en la Cibeles contra la reforma del Código Penal
El único superviviente de aquella manifestación en Colón ha sido Santiago Abascal. Bueno, y también Pedro Sánchez. Con la cabeza de Pablo Casado ya cortada por Isabel Díaz Ayuso, la corona del PP en manos de Feijóo, y Ciudadanos ya en peligro de extinción, el pasado mes de enero se produjo en Madrid una nueva manifestación del mismo tipo, esta vez para protestar contra la reforma del Código Penal que tenía que reformar los delitos de sedición y de malversación. Volvía a contar con el apoyo del PP, Vox y Ciudadanos, y esta vez se celebró en la plaza Cibeles de la capital española.
31.000 asistentes se concentraron en una plaza cargada de banderas españolas, con multitud de símbolos franquistas. Aquella vez, sin embargo, Feijóo no quiso repetir el error de Casado y no asistió a la concentración. Evitó así una nueva fotografía del líder del PP al lado de Santiago Abascal. Sí que asistió Inés Arrimadas, que hacía escasos días que había decidido terminar como líder de Ciudadanos, admitiendo su fracaso al frente del partido naranja.
Aznar empuja a Feijóo a rebelarse contra la amnistía
La última cruzada (al menos hasta ahora) que hará el PP contra Catalunya tendrá lugar el próximo 24 de septiembre, a las puertas del debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno, con motivo de una posible amnistía a los actores del Procés. Pero el incitador de esta movilización no ha sido Feijóo. El partido dice que el actual líder del PP ya había comunicado a su entorno esta idea hace unos días, pero lo cierto es que el primero a atizar las calles ha sido José María Aznar.
El expresidente del Gobierno, conocedor que sus espaldas quedarían cubiertas por la derecha mediática madrileña, pidió repetir un 'basta ya'; esta vez contra la posibilidad de que Pedro Sánchez llegue a un acuerdo con Carles Puigdemont. La llamada a la movilización animó a los sectores más ultras de la derecha española, y todavía se han sentido más legitimados a hacerlo con la respuesta del Gobierno, que ha llegado a acusar a Aznar de "golpista". Ahora Feijóo tendrá que salir a las calles a envalentonar un españolismo que 48 horas más tarde verá cómo sufre el fracaso de una gris sesión de investidura.
Para más inri, Sociedad Civil Catalana ha organizado una manifestación en Barcelona contra la amnistía el 8 de octubre, cuando las heridas de Feijóo todavía cuezan. ¿Quién asistirá a aquella manifestación? Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que tiene todo el apoyo de José María Aznar y que hace tiempo que espera el mejor momento para hacer el salto a la capitanía del PP, convencida de que algún día podrá llegar a la Moncloa de la mano de Miguel Ángel Rodríguez.
Ofensiva parlamentaria contra la amnistía
Al fin y al cabo, y por mucho que haya quedado parcialmente silenciado a causa de esta movilización, Feijóo anunció a principios de semana una ofensiva parlamentaria contra la amnistía, abriendo también la puerta a la vía judicial. Una estrategia con voluntad también de dividir al PSOE: hacer que decenas de socialistas tengan que decir la suya en parlamentos autonómicos y municipales sobre la amnistía. El objetivo es conseguir que los sectores más españolistas del partido de Pedro Sánchez choquen con el presidente del Gobierno, como podría pasar con Emiliano García-Page, que ya se ha manifestado en contra de exculpar a catalanes relacionados con el Procés.