Las reacciones a la renuncia a la militancia del PP de Rita Barberá no se han hecho esperar. El tono del comunicado mediante el cual ha trasladado la decisión -entre victimista y altivo- ha irritado a los partidos de la oposición.
Uno de los primeros a referirse ha sido el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
'Es mi escaño, mi aforamiento, mi constante insulto, mi indecencia'. Es la corrupción. https://t.co/vyORVkWD2R
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) September 14, 2016
El portavoz del PSOE en el Congreso, Óscar López, ha dicho que "no tiene ni pies ni cabeza". "Hay mucha gente que empieza a pensar que el PP no se atreve a actuar contra ella porque sabe demasiadas cosas del PP", ha apuntado.
Desde C's, José Manuel Villegas ha anunciado que los representantes del partido naranja en Les Corts valencianas pediran a Barberá que renuncie. De hecho, han mandado una misiva a Les Corts para estudiar las opciones legales para forzar su dimisión. Se da el caso que Barberá es senadora por designación territorial y no por sufragio.
Sin precedentes
El presidente de las Corts valencianas, Enric Morera, ha pedido una reunión urgente con el presidente del Senado para estudiar el caso.
El President @enricmorera demana reunió urgent amb el President del Senat per estudiar la situació jurídica extraordinària de Rita Barberà.
— Cortes Valencianas (@cortsval) September 14, 2016
No hay precedentes de un caso similar al de Barberá: que se aferre al escaño a pesar de la sombra de la sospecha y que se dé la circunstancia que no ha sido escogida mediante las elecciones sino que es senadora por designación electa del grupo del PP en las Corts valencianas.
Cabe señalar que el acta de senador es personal y no titularidad de ningún partido. Es por eso que Barberá no está obligada a renunciar al acta a pesar de que el partido reniegue.
Si no hay cambios, Barberá seguiría como senadora, adscrita al grupo mixto -con el PDC- y mantendría la condición de aforada.