El exdelegado del Gobierno Enric Millo ha propuesto "desprogramar" a los independentistas como si fueran una "secta", y lo ha argumentado con su convencimiento de que no existe una solución política para resolver el conflicto.
"Eso no tiene una solución política, requiere un intenso ejercicio de desprogramación de secta", ha soltado.
El actual secretario general de Acción Exterior de la Junta de Andalucía ha realizado las declaraciones respondiendo a un tuit del presidente del PP de Catalunya, Alejandro Fernández, en el que aseguraba que hay independentistas que aceptarían la secesión aunque supusiera un perjuicio económico para Catalunya.
"Por increíble que parezca, son muchísimos los separatistas que aceptan la decadencia económica de Catalunya si es el precio a pagar por la independencia. Soy incapaz de entender este mecanismo psicológico suicida", añadía.
Millo ya va aseguró en junio del año pasado que "no sabía que habría cargas policiales el 1-O". "Intenté hasta el último momento evitar que pasara todo aquello", se excusó mientras añadía que "se quería llegar al final de la vía de la confrontación para ver qué pasaba", en referencia al Govern liderado por el president Carles Puigdemont.
El caso del Fairy
Preguntado sobre su papel en el juicio del procés, que condenó a siete consellers y dos líderes sociales a penas de entre nueve y 12 años de prisión, Millo insistió en que no fue "con ánimo de revancha a la declaración del Supremo". "Algunos intentaron desvirtuarla con anécdotas. Lo que no podía hacer era no decir mi verdad", comentó.
Millo también reveló que el vicepresidente del Govern y líder de ERC, Oriol Junqueras, le mostró sus dudas con respecto a la legalidad de la ley del referéndum del 6 y 7 de septiembre y del mismo referéndum del 1-O. "Nosotros no haremos nada, por eso", aseguró que le dijo el dirigente republicano.
Sobre el encarcelamiento de los líderes catalanes, Millo apuntó que "no le gustaba que estuvieran en la prisión". "A mí me gustaría más que una persona que rompe la legalidad y ataca la democracia quede inhabilitada para siempre", defendió.
Traslado a Andalucía
Después de su paso por la delegación del Gobierno en Catalunya y de la aplicación del 155, Millo decidió hacer política en Andalucía de la mano del gobierno presidido por el PP.
"Vivo mucho más tranquilo, porque en Andalucía puedo ir por la calle sin que nadie me insulte, sin que nadie me amenace, sin escolta... Es una situación muy diferente. Las personas en Andalucía tienen una manera de ser muy amable. Se vive diferente. Aparte de que no hay ninguna obsesión. Se trabaja mucho, hay estereotipos de Andalucía que yo mismo he descubierto que son falsos, se trabaja mucho, hay mucho empuje y mucho talento y capacidad emprendedora", indicó.