Incitar a la violencia y hacer un llamamiento a las concentraciones (también violentas). Estas son las duras acusaciones que el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, ha hecho contra la alcaldesa de Girona y diputada de JxCat, Marta Madrenas, después de comprobar personalmente el progreso de los grupos de limpieza en la fachada de la subdelegación del ejecutivo estatal en Girona, que el viernes y domingo pasado acabó con algunas pintadas amarillas por las concentraciones contra el encarcelamiento del president Carles Puigdemont.
Millo ha cargado muy fuerte contra Madrenas, pero no sólo lo ha acusado de "hacer todo un ataque contra el Estado de Derecho", sino que también lo ha amenazado con posibles acciones concretas contra estos "hechos vandálicos". Poco después se ha sabido que el Estado llevará a la fiscalía el discurso que la alcaldesa hizo el viernes por la noche durante la concentración para protestar contra el encarcelamiento de Turull, Rull, Romeva, Forcadell y Bassa.
Según su visión, el hecho de que la alcaldesa de Girona diera un "mitin" encima de una tarima instalada por el consistorio justo delante la fachada de la subdelegación del Gobierno de Rajoy, es también "un ataque contra la democracia, contra el Gobierno de España y contra la independencia del poder judicial".
Pero el delegado español ha ido un paso más allá atribuyéndole una "actitud intolerante con el Estado de Derecho y con la democracia y con el cumplimiento de las leyes y de las sentencias de los tribunales". Y no sólo eso. Lamentándose de que este "tipo de actitudes" ya las conocían, ha criticado que "no tuvo bastante" porque, según su opinión, Madrenas "hizo un llamamiento claro y concreto a la revolución y a la movilización de la gente en contra de estos principios que son los que garantizan la convivencia".
'Indepes' revolucionarios
Millo ha culpado directamente a la alcaldesa de Girona de que el domingo se congregaran "un grupo de personas procedentes de estos movimientos independentistas revolucionarios que se dedicaron a atacar la fachada de este edificio", que ha recordado que es patrimonio del Estado, "con pintura y consignas", mientras "ultrajaron la bandera europea y la española".
De hecho, el delegado del Gobierno del PP en Catalunya lo ha dicho bien alto y bien claro asegurando que "eso fue hecho con el ánimo de la propia alcaldesa de Girona y con su presencia, que vino a comprobar que efectivamente eso se estaba haciendo y se estaba llevando a cabo esta actividad claramente ilegal."
Según su juicio (y su visión de la realidad), "que un representante político municipal elegido por algunos que se dediquen a hacer este tipo de actividades forma parte de una realidad inédita" porque ni él ni los suyos "no conocemos ningún precedente de una persona que se dedique a insultar, a calumniar, a saltarse la ley, a animar a la revolución contra el Estado de Derecho, a ir contra la democracia y contra las sentencias de los tribunales". Esta actitud que el ejecutivo de Rajoy ve en estas supuestas actuaciones son, según ha querido poner de relieve, "completamente insólitas" que, ha subrayado, "no representan en absoluto lo que es Girona".