El pasado jueves 8 de agosto, después de su aparición pública en el Arc de Triomf, Carles Puigdemont desapareció y consiguió sortear el operativo policial organizado por los Mossos d'Esquadra. Con el retorno de Puigdemont a Waterloo, se han ido conociendo detalles sobre la estrategia que tenían los diversos cuerpos policiales que estaban a la expectativa de su llegada a Barcelona. El informe del Ministerio del Interior remitido al Supremo asegura que en los controles de la Policía Nacional y la Guardia Civil "no se detectó en ningún momento la presencia del prófugo Carles Puigdemont". El escrito señala que, durante la tarde del 8 de agosto, "ante la hipótesis de que el expresident intentara acceder al Parlament para participar en la parte restante del pleno y votación al candidato Salvador Illa", la Policía Nacional y Guardia Civil establecieron un dispositivo conjunto, en torno al Parlament, con resultado negativo, ya que no se localizó al prófugo". Un despliegue que no fue comunicado a los Mossos.
Ante la desaparición de Puigdemont, los Mossos activaron la operación Jaula y el Ministerio del Interior dio orden de intensificar los controles policiales en Catalunya y en todos los pasos fronterizos, incluidos puertos y aeropuertos. En concreto, se estableció un refuerzo de vigilancia en los puertos y aeropuertos de Catalunya, y se activaron hasta 15 dispositivos policiales en varias carreteras, en especial, en aquellas que estaban próximas a la frontera con Francia, "siendo las vías de alta capacidad responsabilidad de los Mossos d'Esquadra". En Lleida, se activaron 8 controles, que se colocaron en la entrada de Bossòst; en la salida de Vielha; en la aduana de La Farga de Moles con Andorra; en el cruce de la C-14 con la N-260 a Adrall; así como en la salida del túnel del Cadí, con sentido Puigcerdà; en la salida norte de Tremp; la salida norte de Artesa de Segre y en la rotonda de la salida de Ponts. Con respecto a la provincia de Girona, los 7 controles se establecieron en varias vías como en la N-152 en el cruce con la N260; en la C-38 en Coll d'Ares; en el quilómetro 14,100 de la GI-503 en Massanet de Cabrenys; en el acceso a Francia por Coll de Banyuls; en la GI-505 en el Coll de Manrella; en la N-260 en el kilómetro 0 por Portbou, y en el kilómetro 777,30 de la N-II a la altura de El Pertús. Todos los dispositivos se mantuvieron activos hasta las 24 horas del día 10 de agosto.
Dispositivo de la policía española
El informe también señala que para el dispositivo se desplegaron una gran cantidad de agentes tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional vestidos de paisano, pero también muchos otros vestidos con el uniforme del cuerpo. Sin embargo, apunta que también en esta ocasión "se dio prioridad a los Mossos". Los agentes recorrieron a pie las calles de Ciutat Vella y el entorno del Parlament ante una posible aparición de Puigdemont, que no llegó nunca. También estuvieron analizando posibles entradas al Parlament a través del parque de la Ciutadella. El informe también detalla que los servicios de Información e Inteligencia de Interior hicieron lo mismo el jueves: "Innumerables comprobaciones de diferentes informaciones que se manejaban" con respecto al paradero de Puigdemont, también sin éxito.
El escrito del ministerio señala que "responsables políticos y operativos" de los Mossos d'Esquadra, días antes de la llegada de Puigdemont, comunicaron a Interior que el cuerpo establecería un dispositivo "específico y especial" para detener a Puigdemont una vez fuera localizado y "se dieran las circunstancias operativamente idóneas para proceder en la práctica de la misma por este cuerpo". Por esta razón es que el ministerio defiende ante el juez Pablo Llarena que "dada su competencia y capacidades operativas como policía integral en Catalunya en materia de seguridad ciudadana, no se implementó por Policía Nacional y Guardia Civil un sistema ad hoc para la detención". Según Interior, los Mossos rechazaron contar con el apoyo de los cuerpos policiales españoles: "Se les ofreció cualquier apoyo operativo que precisaran por parte de Policía Nacional y Guardia Civil para sostener y conseguir la consecución de los objetivos del plan especial de Mossos y proceder a la detención del fugitivo, sin que fueran requeridos tales apoyos más allá de los habituales prestados a través de la mesa de coordinación operativa y de intercambio de información e inteligencia".