El ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta, ha presentado su dimisión este miércoles, tan sólo siete días después de ser nombrado por el presidente Pedro Sánchez. Huerta lo anunciará en una comparecencia a las 19h en la sede del ministerio, al verse forzado a tomar la decisión después de que haya salido a la luz que defraudó 218.322 euros a Hacienda entre 2006 y 2008. Fuentes de la Moncloa aseguraban al mediodía que Sánchez estaba "tranquilo", aunque no se daba el caso por cerrado, sino que el ejecutivo se preparaba para "capear el temporal".
El ministro ha mantenido conversaciones con el presidente a lo largo del día y su posición ha ido evolucionando, ya que en un principio se negaba a dar el paso. Consideraba que la posible responsabilidad habría decaído, ya que estaba al "corriente de pago" con Hacienda. La propia ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, le defendió en rueda de prensa alegando que no era un fraude fiscal, sino una discrepancia con el fisco, que le sancionó económicamente cuando este recurrió la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
Finalmente, Huerta ha decidido dejar el cargo para mantener la "imagen de ejemplaridad" del gobierno de Sánchez, en su apuesta por la regeneración de las instituciones. Las fuentes consultadas en la Moncloa, de hecho, reconocían que se había puesto el "listón muy alto" con la moción de censura a Mariano Rajoy, que fue expulsado después de la sentencia de la trama Gürtel que condenaba al Partido Popular a título lucrativo. Así las cosas, el propio Huerta afirmaba que no tuvo "mala fe", aunque su caso no podría equipararse a un cambio en la regulación fiscal, que fue posterior.