Durante las últimas semanas, desde la Moncloa se han esforzado en intentar trazar una línea de separación entre los tejemanejes del rey emérito, Juan Carlos I, y la labor del actual monarca, Felipe VI. Pero voces del mismo Gobierno, del sector de Unidas Podemos, cuestionan que sea posible aislar al padre del hijo. Hoy ha sido la ministra de Igualdad, Irene Montero, quien ha puesto en duda este dique de contención en torno al jefe del Estado. La ministra ha querido garantizar que "no habrá impunidad en España" para nadie.
Durante los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid, este lunes en San Lorenzo del Escorial, la ministra de Igualdad ha sostenido que "es muy difícil poder separar los casos de corrupción —algunos presuntos, otros contrastados— de la familia Borbón de la institución de la que forma parte". Montero ha asegurado que "las informaciones son graves" y que su obligación es velar "para que todo el mundo sepa que todos somos iguales ante la ley, que la justicia es igual para todos, que la corrupción es cosa del pasado y que no va a haber impunidad en España".
Los mensajes desde La Moncloa han sido reiterados durante los últimos días, desde que Pedro Sánchez decidió abrir la veda públicamente. El presidente español calificó de "perturbadoras" e "inquietantes" las informaciones que llegaban, y aplaudió la tarea de Felipe VI para marcar distancia con su padre. Su mano derecha, la vicepresidenta Carmen Calvo, apretaba todavía más la tuerca y animaba públicamente al jefe del Estado a dar un paso más allá, rompiendo definitivamente con su padre. "Hay una parte de la ciudadanía que está muy preocupada", aseguraba la dirigente socialista. Ya hace días que, fuera de cámaras, los miembros del ejecutivo adelantan que habrá pasos contundentes.